La surfinia es un ejemplar muy cultivado en macetas colgantes, que podemos ubicar en jardines o terrazas, aunque también puede cultivarse en tiestos normales. Se la denomina también petunia surfinia debido a su enorme parecido con la petunia, aunque la surfinia tiene un crecimiento mucho más rápido y una floración más abundante, lo que la convierte en una excelente opción para mantener florida cualquier vivienda.
Requiere de un emplazamiento soleado, aunque eso no indica que precise exceso de riego, debido a que el ejemplar puede llegar a encharcarse, las hojas amarillean y se favorece la aparición de hongos, si recibe agua en exceso. Durante su proceso de floración será necesario abonarla de forma regular, cada 7 días.
Sus principales enemigos son la araña roja y los pulgones, que se ven atraídos por el mal olor de las partes marchitas en descomposición, por lo que será necesario retirarlas para evitar su llegada.
Cómo esquejar su ejemplar
El primer paso que debe darse para conseguir multiplicar todas las surfinias consiste en retirar sus flores marchitas, para que la planta esté más vigorosa y los esquejes tengan más fuerza y posibilidades de arraigar.
A la hora de seleccionar las partes de la planta que vaya a esquejar, elija los tallos laterales más desarrollados, siempre y cuando estén sanos y mantengan su flexibilidad. Los esquejes deberán tener unos 10 centímetros de largo y no presentar marcas de ataques de plagas.
Elimine las hojas inferiores del tallo seleccionado, de tal manera que tan sólo queden unas cuantas hojas en su extremo superior.
Empape el extremo inferior del tallo en una sustancia enraizante y plántelo en un sustrato rico en nutrientes. Agujeree un poco la tierra con un lápiz o similar para que el agua pueda empaparla y afiáncela para que los esquejes se mantengan firmes.
Riegue su futura planta y tápela con un plástico que no entre en contacto con el esqueje durante unos días para ayudarle a mantener la humedad.