Si se desea evitar empalmes y soldaduras en los trabajos de fontanería, la mejor opción consiste en emplear una curvadora con la que combar los tubos en la dirección deseada y conseguir que puedan adaptarse al trazado requerido.
Por ejemplo se puede conseguir que un tubo recocido se adapte a la superficie y a las esquinas de la pared que va a recorrer o atravesar sin tener que emplear tantos codos o tes, con lo que se conseguirá ahorrar bastante dinero en el presupuesto. Sin embargo, si se desea realizar este proceso con cobre rígido habrá que calentarlo al rojo vivo previamente y enfriarlo con agua antes de proceder a curvarlo.
Si se desea hacer empalmes, en lugar de utilizar un manguito y realizar dos soldaduras se puede emplear un abocardador, con el que abrir un poco uno de los extremos del tubo e insertar dentro el otro tubo. De esta manera se conseguirá reducir el número de soldaduras a una única por cada empalme que se desee realizar.