Cuando se quiere cambiar la distribución de una vivienda o ampliar alguna habitación, se suele optar por tirar un tabique. Esta obra permite adaptar la casa a los gustos de los propietarios o a sus necesidades, que pueden variar con el tiempo. Sin embargo, antes de embarcarse en una reforma de esta envergadura hay que tener en cuenta una serie de cuestiones. La primera de ellas es asegurarse de que el tabique que se quiere derribar:
- No es un muro de carga, es decir, una pared sobre la que se apoya la estructura de la vivienda.
- No soporta el peso de un pilar maestro de hormigón.
- No se ha convertido en una pared estructural con el paso de los años.
Para comprobarlo, es conveniente pedir a un profesional, un arquitecto, que revise el plano de la vivienda. En él, se especifica la función de cada una de las paredes que separan las estancias de la casa. Si tras la revisión se constata cualquiera de las tres opciones anteriores (el tabique no es un muro de carga, no aguanta el peso de un pilar y no se ha transformado en una pared estructural) se puede seguir adelante con la reforma. En caso contrario, habrá que desechar la idea. El Código Técnico de la Edificación (CTE) establece que el espesor mínimo de los muros de carga debe ser de 11,5 centímetros, aunque pueden llegar a los 25 ó 30 centímetros para asegurar la estabilidad del edificio, por lo que el grosor del tabique no es la única pista que se debe tener en cuenta para decidir tirarlo.
Conviene que un arquitecto revise el plano de la vivienda para conocer la función de cada tabique
En cuanto a la revisión del plano, es muy útil también para determinar si por el tabique que se quiere derribar discurre alguna tubería de agua o gas, así como algún cable eléctrico. Si esto ocurre, hay que cortar el suministro antes de empezar las obras. No obstante, esta medida es conveniente siempre para extremar la seguridad durante el trabajo. Aunque no discurra ninguna tubería o cable por el tabique, cerrar la llave de paso y cortar el suministro eléctrico puede evitar más de un apuro.
Por otro lado, cuando en el tabique hay tuberías o cables, será necesario desplazarlos a otros emplazamientos. En el caso de las tuberías, las nuevas se deben colocar con la inclinación suficiente para que el agua llegue a los desagües. Por tratarse de obras de cierta importancia, es preferible que de ellas se encargue un profesional o que al menos se cuente con su asesoramiento. Sobre todo, para evitar daños en la comunidad o en la vivienda de algún vecino.
Consejos prácticos
Para tirar un tabique, además de mucho cuidado, se necesitan tres herramientas básicas: unas gafas para evitar que en los ojos entre cualquier impureza, unos guantes para proteger las manos y un mazo. Siempre hay que empezar a tirar el tabique por la parte superior para evitar que, debido al peso, los ladrillos caigan encima de quien realiza el trabajo. Si el tabique está forrado con azulejos, es preferible retirarlos primero para que no salten trozos. Otra opción es tirar la pared desde el otro lado, si éste no tiene azulejos.
Siempre hay que empezar a tirar el tabique por la parte superior para evitar que caiga sobre quien realiza el trabajo
Durante los trabajos, no es habitual que aparezcan grietas en los tabiques cercanos debido a las obras. Los tabiques sirven para separar estancias y, en principio, se puede prescindir de ellos sin que la estructura resulte afectada. No obstante, es aconsejable comprobar periódicamente que el resto de paredes no ha sufrido deterioros.
Respecto a los escombros que se acumulan al tirar un tabique, se deben recoger en sacos especiales. Una buena práctica es recoger los escombros cada cierto tiempo para que no se apilen y conviertan en un obstáculo que impida el paso. Estos sacos se depositan en un contenedor habilitado para este fin -su uso está regulado por ordenanza municipal- o en un Punto Limpio de la ciudad. Nunca deben tirarse al contenedor convencional de basura. Además, para evitar sorpresas al reformar la casa y posibles multas, hay que planificar bien los trabajos y pedir la licencia de obras correspondiente, donde debe constar el presupuesto y la reforma que se va a realizar.