Las innovaciones en diseño y decoración para el hogar son de una diversidad casi infinita. Pero estar a la última no siempre implica un gran desembolso de dinero, muchas veces ignoramos que las cosas más simples y baratas pueden convertirse en ingeniosas técnicas decorativas.
Es el caso del papel crepado. Es un papel sobradamente conocido que todos hemos utilizado desde pequeños en nuestras manualidades. Lo caracteriza la gran variedad cromática que presenta, su bajo coste y su venta en numerosos establecimientos.
En este caso hemos utilizado este papel para confeccionar unas cortinas romanas. Su fina textura favorece la entrada de luz y colorea el ambiente. La variedad cromática que podemos encontrar de este papel facilita que podamos adecuar la elección al tono que más conjugue con el de la estancia que las cortinas van a ocupar.
Puede que el tamaño de las ventanas coincida con las dimensiones de este papel. Si así no fuera, podríamos pegarlo, coserlo o incluso unirlo con alguno de otro color o combinar pliegues de varios colores para conseguir diferentes efectos decorativos. Para adherir las cortinas a la ventana usaremos «pegatinas reversibles» que pegaremos desde la propia ventana, no desde el cristal, uniéndolas con el papel.