El verano es crucial para conservar un jardín en perfectas condiciones, ya que es cuando se producen los días de mayor calor del año, lo que favorece la reproducción de orugas, pulgones y los hongos.
Una medida efectiva para evitar la presencia de orugas es poner a cocer en un recipiente con agua unos cuantos tallos de saúco y mezclar este liquido con el agua que se utiliza para regar. De esta forma logrará hacerlas desaparecer.
Para acabar con los pulgones se pueden utilizar insecticidas, aunque primero hay que valorar la importancia de la plaga, porque si son pocos los insectos que se acomodan en el jardín y usa estos productos puede que alguno de ellos sobreviva y, poco a poco, por mera supervivencia, se vayan haciendo resistentes a los insecticidas, por lo que le será más difícil erradicarlos.
Asimismo, conviene comprobar que el producto puede proteger las plantas más allá de 21 días del ataque de pulgones desde que se aplica el insecticida, y que éste tenga baja toxicidad.
Para evitar cualquiera de estas tres amenazas se pueden emplear productos funguicidas genéricos. Pero tenga en cuenta que es mejor el empleo de insecticidas específicos, para respetar a los insectos polinizadores e insectos benéficos del jardín, como arañas que se encargan de mantener a raya a algunos insectos, mariquitas etc. De esta forma no se producirán modificaciones drásticas en el micro ecosistema que conforma la parcela.