Con la llegada del otoño, el tejado se convierte en un elemento esencial para proteger el edificio del frío y de la lluvia. Sin embargo, la cubierta exige cierto mantenimiento para garantizar solidez y estanqueidad. Limpiar los canalones de hojas, musgo y otros residuos, e inspeccionar el estado general en busca de posibles grietas son claves para prevenir daños mayores.
Sanear los canalones
El otoño es la época indicada para llevar a cabo la limpieza de los canalones. Estos conductos recuperan las aguas pluviales, pero acumulan también una gran cantidad de suciedad. Hojas muertas, ramas, tierra y musgo son los principales residuos que se amontonan en ellos. Hay dos formas de retirarlos: desde el propio tejado, con la ayuda de una escalera colocada de forma segura y correcta, o bien desde el suelo con una hidrolimpiadora, de alta presión, con mango telescópico.
Si se opta por la primera propuesta, es aconsejable eliminar los residuos que obstruyen el canalón con una escobilla. Para retirar los hierbajos y el musgo depositado en estos desagües, es apropiado utilizar una azadilla o almocafre. Es posible que las plantas trepadoras comiencen a invadir los canalones. Esta especie es una amenaza, ya que a largo plazo levanta las tejas de la cubierta. Por este motivo, se recomienda eliminarla con una podadera.
El otoño es la época indicada para llevar a cabo la limpieza de los canalones
Cuando los desagües exteriores se sanean con una hidrolimpiadora, es habitual que la suciedad arrastrada por la presión del agua se acumule al final del canalón. Para evitarlo, es preciso colocar al principio de la bajada una rejilla que filtre el agua y facilite su paso.
Solución a las grietas
Revisar el estado general de la cubierta es otro aspecto fundamental. Si los desagües se van a limpiar desde el propio tejado, conviene aprovechar esa posición para inspeccionarlo con atención.
Es frecuente que el musgo, además de aparecer en los canalones, brote sobre la cubierta. Esta planta no es inofensiva, sino que deteriora el tejado ya que impide el correcto desagüe de las aguas pluviales y favorece la aparición de infiltraciones entre las tejas. Se debe retirar con una azadilla, con cuidado de no dañar los materiales de la cubierta.
Las fisuras son un problema muy común. Cuando determinados elementos tienen grietas, primero hay que valorar si el desperfecto requiere cambiar la teja o si, por el contrario, es posible arreglarlo. Si las fisuras han aparecido en un tejado de zinc, la grieta se debe sellar con bitumen. Este material tiene propiedades impermeabilizantes y se comercializa en un formato idéntico al de la silicona. En estos casos, las grietas deben agrandarse y limpiar previamente con la ayuda de una rasqueta. Después se aplica sobre ellas el producto.
Cualquier arreglo o trabajo que se efectúe sobre un tejado entraña un riesgo. Es necesario extremar las precauciones siempre que se realice cualquier labor en la cubierta. No es aconsejable acceder a ella cuando las condiciones atmosféricas son malas -lluvia, granizo, heladas o viento- o si la superficie está aún mojada por lloviznas recientes. El calzado es otro de los elementos que merece un cuidado especial. Para evitar caídas y resbalones, es imprescindible que las suelas sean antideslizantes.
La manera más frecuente de acceder al tejado es a través de una escalera, pero no vale cualquier modelo. Debe incluir un separador en la parte superior. De esta manera, el elemento se apoya sobre la propia pared y no en el canalón, que es más inestable y con mayor tendencia a romperse, cuando es de PVC.