Esta planta de interior de grandes y verdes hojas requiere de altas y estables temperaturas, de 15 a 20 ºC, a lo largo del otoño y, sobre todo, en invierno. También necesita de una ubicación muy luminosa y un único riego moderado al mes, que debe realizarse tras comprobar con la palma de la mano que la parte superior del sustrato está seca.
A partir de la primavera, si la parte aérea ha sobrepasado el tamaño del tiesto o maceta en el que se encuentra plantada, u observa que las raíces sobresalen por el agujero de drenaje, será necesario transplantar su ejemplar. Para lograrlo deberá sacar la sanseviera de su tiesto, teniendo mucho cuidado de no dañar su cepellón, y plantarlo en uno de mayores dimensiones. Si desea conservar su antiguo tiesto puede recortar su sistema de raíces y su parte aérea, de forma proporcional, para disminuir el tamaño del ejemplar.
Si no es necesario el transplante sí que deberá mejorar el sustrato, sustituyendo la capa superior del mismo. Debe regarla cada 15 o 20 días y proporcionarle la mayor cantidad de iluminación solar posible.
Durante el verano es capaz de aguantar temperaturas cercanas a los 30 ºC. Requiere de luz abundante, pero no debe recibir el sol intenso de esta época del año de forma directa. Deberá regarla cada semana y añadir, una vez al mes, abono líquido al agua de riego.
Si lo que pretende es multiplicarla podrá hacerlo mediante esquejes de hoja o dividiendo su ejemplar en varios más pequeños.