La verbena es una planta herbácea que puede ser anual, bienal o perenne, según especie que estemos observando, y que puede llegar a alcanzar desde los 50 centímetros hasta un metro de altura. Esta planta de tallos subterráneos muestra una gran cantidad de ramificaciones, en las que apreciamos la presencia de hojas opuestas que varían su forma según la altura a la que se encuentran. Las inferiores poco pecioladas, toscamente dentadas, igual que las altas, mientras que las intermedias son muy divididas y lobuladas.
Las flores de estos ejemplares, que florecen de mediados de primavera a finales del verano, poseen una forma de tubo, son realmente pequeñas y pueden presentarse en varios colores: blanco, morado, rosa pálido, rojo y malva.
Perteneciente a la especie de las Verbenáceas, la verbena es oriunda de las regiones de clima templado de Europa, Australia y América del Norte. Es una planta rústica que crece por si sola en plena naturaleza, al igual que margaritas y amapolas, aunque de mayor belleza. Se desarrolla sin excesivos problemas en lugares tan inhóspitos como escombreras, prados y bordes de caminos, generalmente en suelos nitrogenados y con poca presencia de ejemplares de otras especies. Sin embargo, actualmente la verbena sufre un franco retroceso en gran parte de Europa.
Esta planta necesita encontrarse en zonas templadas, donde el invierno no sea muy duro, para desarrollarse y llegar a florecer a lo largo de la primavera y el verano. Su floración se produce en los meses que comprenden a la última parte de la primavera y a lo largo del verano, por esto, a finales de año se recomienda podar al ras todas las cepas. La multiplicación se realiza mediante el método de la germinación.
Respecto a sus necesidades de riego, lo más importante es que agua alcance bien las zonas más profundas del sustrato, por lo que riego ha de dosificarse en dos o tres veces en el mismo día. De todas formas, basta con regar las verbenas una vez por semana.
Estos ejemplares agradecerán estar expuestos directamente a la luz de los rayos solares, aunque no tienen problemas para desarrollarse si los ubicamos en un lugar en semisombra.