La decoración de cualquier estancia tendrá un toque más personal siempre que ciertos muebles o complementos tengan el acabado que uno les ha dado. Para ello no es necesario realizar grandes restauraciones o complicados trabajos, como verá a continuación pintar unos pies de lámparas para las mesillas puede ser una sencilla manera de introducirse en estos trabajos.
El pie de lámpara elegido en esta ocasión es de madera, así que antes de empezar a pintar lije bien toda la superficie.
Cuando la madera esté lisa puede empezar a aplicar el color. En este caso el pie va a ser bicolor: un crudo suave y un azul apagado son las apuestas.
Como las vetas de la madera son de nuestro gusto, la pintura azul se va a rebajar con agua a partes iguales.
Aplique primero dos manos de un color, delimitando las zonas con cinta de carrocero y cuando se sequen, pinte del otro tono también dos capas. Luego barnice.
Una vez se haya secado el barniz, observe que hay unas muescas en la madera que conforman un dibujo. Añada en esa zona pintura en abundancia y, como el resto de la superficie está barnizada, no se preocupe, retire los restos con un paño húmedo.
Para finalizar aplique otra mano de barniz y deje secar.