El aspecto envejecido de los muebles se consigue de manera natural, con el paso de los años, o de manera artificial, gracias a una pintura o barniz especial. En este último caso, el proceso consiste en imitar en el mueble la pátina que denota el transcurso del tiempo. La exposición a los agentes externos influye en la madera hasta conseguir un tono más oscuro, menos uniforme, que se puede imitar con los productos adecuados.
Para lograr este acabado hacen falta un pincel o rodillo, un barniz o pintura del tono más natural posible y unos trapos o paños para retirar el producto sobrante. En cuanto a los colores, los tonos ocres consiguen un resultado muy real y parecido a la auténtica pátina.
Para obtener un mejor acabado, conviene envejecer las zonas que lo harían por sí solas de manera natural
Un truco para obtener un acabado más profesional consiste en envejecer aquellas zonas que lo harían por sí solas de manera natural. Por ejemplo, las partes de las puertas o cajones más expuestas al roce, el tablero de una mesa sobre la que se colocan objetos o una silla bañada por el sol.
Proceso paso a paso
En primer lugar, hay que secar completamente la superficie que se quiere envejecer, sellar cualquier posible grieta y aplicar una primera capa base de pintura. Esta mano debe ser lo más uniforme posible para que el esmalte cubra por igual toda la superficie y, en las siguientes capas, no aparezcan marcas.
A continuación, se vierte barniz transparente en un recipiente y se aplica sobre la madera. Si se quiere conseguir un tono más oscuro, se puede mezclar la pintura con el barniz en el mismo recipiente. Es posible que la superficie que se quiere envejecer tenga relieves o zonas más profundas. En ese caso, se puede utilizar un pincel para llegar a todas las partes.
La primera mano debe ser lo más uniforme posible para que en las siguientes capas no aparezcan marcas
Antes de que el barniz se seque, hay que pasar un paño sobre el soporte para retirar el producto sobrante. En este paso es especialmente necesario cuidar que el trapo no suelte pelusa ni restos del barniz retirado de otras zonas. Por último, para concluir el trabajo, se aplica una capa de barniz acrílico transparente, que cubra y proteja el mobiliario envejecido.
Para lograr que el aspecto del mueble sea lo más natural posible, hay que respetar el veteado propio del mobiliario. En este sentido, las pinturas de tonos claros y los barnices transparentes son la mejor opción para no ocultar el dibujo.
Si después de envejecer un mueble se quiere armonizar éste con el resto de la decoración, también es posible envejecer la pared de la habitación en la que se ubica. Al igual que en el caso del mobiliario, es necesario que la pared esté seca y, a ser posible, lisa. Existen pastas especiales que imitan un aspecto deteriorado o erosionado, el mismo que consigue el paso del tiempo en los revestimientos. Por ello, cambiar la imagen de una pared resulta muy sencillo. Se puede aplicar directamente sobre ella uno de estos productos o fabricar una pátina casera a partir de resina acrílica y colorantes. Cuando se opte por mezclar ambos productos, conviene preparar una cantidad mayor de la prevista para asegurar una cantidad suficiente. De lo contrario, se corre el riesgo de no obtener el mismo tono, al tener que aplicar la nueva mezcla cuando la primera capa ha comenzado a secarse.