Como sucede con la ropa, en el diseño de los empapelados las rayas cuentan con muchos adeptos. Las verticales generan una sensación de mayor altura en la estancia en la que se encuentran, además de brindar la posibilidad de ser elegantes sin recargar demasiado el ambiente. Las tendencias recientes recomiendan colocarlas en una sola pared, para enfatizar su importancia.
Las rayas verticales pueden generar espacios con características muy variadas, sobre todo en función del tamaño de las franjas, del contraste entre sus colores y del tamaño de la estancia. Si esta es muy pequeña, las líneas verticales pueden ayudar debido a la sensación de mayor altura que generan.
Sin embargo, hay que tener cuidado con los excesos: si todas las paredes se empapelan con esa fórmula, y en particular si esas líneas verticales son muy estrechas y los colores contrastan mucho entre sí, el espacio puede parecer demasiado pequeño. Es decir, el efecto, en vez de ser positivo, sería un poco agobiante. Lo que conviene entonces para habitaciones pequeñas, si se desean rayas verticales, es empapelar solo una pared, así se logrará una mayor presencia.
Los colores en el empapelado de rayas verticales
Casi siempre que se opta por un diseño con franjas verticales (y también cuando se eligen rayas horizontales), se usan dos colores. Pero, desde luego, es posible añadir más colores, aunque habrá de analizarse con mucho detenimiento el efecto que la combinación puede generar. Demasiadas variaciones y colores motivan la acción y la creatividad: no resultan recomendables para espacios de reposo como el salón o el dormitorio, ya que pueden conspirar contra la serenidad, pero pueden ser un recurso estupendo para una sala de juegos, un espacio para los niños y hasta para un ámbito de trabajo.
El empapelado multicolor puede ser un recurso estupendo para una sala de juegos, un espacio para los niños o un ámbito de trabajo
Colores claros de poco contraste entre sí dan un aspecto clásico a la estancia, lo que facilita la combinación con otros objetos o complementos de la decoración: cortinas, muebles, suelos, adornos, etc. Si hay mucho contraste, el ancho de las franjas asume un rol fundamental: el aspecto de la pared es más sereno cuanto más anchas sean las rayas.
Una combinación de blanco y negro con franjas de un tamaño medio (entre 8 y 15 centímetros) puede corresponder con un estilo que mezcle minimalismo con toques clásicos. El estilo final de la estancia, en un caso como este, se definirá a partir del tipo de muebles: ganará la modernidad si predominan las líneas rectas y la paleta de colores se mantiene dentro de un mismo tono; si los muebles incluyen detalles y curvas y hay varias tonalidades de color, el resultado estará más vinculado con los diseños tradicionales.
Existe también la posibilidad -poco frecuente- de que las franjas generen poco contraste pero con tonalidades oscuras. Lo que se debe tener en cuenta en estos casos es que los tonos oscuros restan luminosidad en la estancia. Si se trata de un espacio con muy buena luz natural o con iluminación artificial suficiente, sí se puede apelar a esta combinación de tonos oscuros.
La parte inferior de las paredes siempre está en peligro de ensuciarse: cualquier movimiento raro y, sin que uno se dé cuenta, ha dejado una mancha. Con el fin de evitar que esto suceda, se pueden utilizar frisos de madera, que resulten más sencillos de limpiar que el papel. No hace falta que sean muy altos, apenas unos 10 o 15 centímetros pueden ser suficientes.
Los papeles vinílicos tienen una baja absorción de agua y sus colores una gran resistencia a la luz del sol
De todas maneras, algunos de los tipos de papel que se pueden utilizar para la pared permiten una fácil limpieza. En especial los papeles vinílicos, compuestos por una capa plástica sobre la base de papel; el vinilo tiene un índice muy bajo de absorción de agua, debido a que esta clase de empapelado permite pasar esponjas y trapos húmedos. Y también sus colores resisten muy bien la incidencia de la luz del sol.
También hay papeles vinilizados, sometidos a un tratamiento de barniz para que se parezcan a los vinílicos pero que no alcanzan su misma calidad. Estos se recomiendan para áreas de poco tránsito, como pasillos y escaleras, mientras que los anteriores pueden resultar más valiosos en salones y dormitorios.