Si el agua de la zona en la que se vive contiene mucha cal, seguro que las plantas no se desarrollan lo suficiente y de manera correcta. La fórmula más recomendada para contrarrestar este exceso de cal consiste en verter unas gotitas de vinagre o limón al agua de riego. Con este sencillo remedio las plantas crecerán mucho mejor y tendrán un aspecto más saludable.