Uno de los inconvenientes de realizar una mudanza es conseguir las cajas necesarias para albergar todos los objetos que hay que trasladar, desde los elementos que decoraban las baldas de vitrinas y las estanterías de las habitaciones a los pequeños electrodomésticos, o no tan pequeños, como el video, el ordenador y su monitor, que además son frágiles y requieren un tratamiento especial en su traslado.
En todos estos casos lo mejor es conservar el propio embalaje original de estos productos, junto con el porexpan que los protegía cuando nos los enviaron o los compramos en la tienda. De esta manera estarán bien protegidos para afrontar el desplazamiento sin problemas y además se podrá identificar enseguida el contenido de una caja al ver su exterior, lo que le facilitará su posterior reubicación.
Pero las cajas, aunque pueden guardarse desmontadas, ocupan demasiado espacio y tal vez por ello no las haya conservado. Tendrá que utilizar entonces otras en su lugar. Si también se desprendió del porexpan, cuando precise hacer el traslado puede emplear espumas inyectadas que ocupen el espacio del aire tras cerrar la caja y evitar que los objetos de su interior se muevan o rompan por algún golpe fortuito.