La estopa es una fibra vegetal usada de manera tradicional para unir piezas roscadas en fontanería. Pese a que en la actualidad su empleo se ha reemplazado en la mayoría de los casos por el teflón, todavía representa una alternativa práctica y económica en el momento de montar un circuito de cañerías.
La estopa es un material tradicional compuesto a partir de lino. Este vegetal se «peina» y, con la parte que queda en el rastrillo, se compone la estopa, con las fibras de grosor medio, y esparto, con los hilos más gruesos. Los más finos se destinan a la confección de ropa.
Colocada en las roscas que constituyen las junturas entre cañerías, se convierte en un aislante natural que asegura la estanqueidad del agua, es decir, que el sistema no tenga pérdidas ni gotee. Para su colocación, se debe tener especial cuidado para que sus hilos queden distribuidos de manera pareja, tensos y uniformes, y en el mismo sentido de la rosca. Esto garantiza que, al cerrar el sistema roscado, los filamentos no se entrecrucen ni se amontonen y que el cierre sea perfecto.
Cuando se usa estopa, se debe agregar una sustancia llamada minio para evitar el óxido
No siempre es fácil lograr que, al colocar la estopa, los hilos queden en la posición correcta, en particular, porque a menudo se vende en forma de madeja, en botes o bolsas. Solo con un poco de paciencia se pueden alcanzar excelentes resultados.
Una vez colocada la estopa, conviene asegurarse de que la instalación se ha realizado de manera correcta. Para ello, se puede comprobar la fijación de las piezas. Cuando al apretar la tuerca o pieza roscada se debe recurrir a la llave inglesa en las últimas vueltas, significa que la estopa está en posición correcta. Después de esta prueba, se puede corroborar la estanqueidad del circuito al abrir la llave de paso del agua.
Evitar el óxido
En el punto de contacto de la rosca es conveniente aplicar minio, una sustancia cuyo nombre técnico es tetróxido de plomo y que se conoce también como «plomo rojo». Sirve para evitar el óxido en la unión de ambas piezas. Un dato curioso: el minio se llama así porque se extrajo para minería por primera vez en el río Miño, en Galicia. Al ser uno de los principales componentes de la tinta que se empleaba para realizar los códices medievales, de allí deriva el término «miniatura».
No obstante, para evitar el óxido, también pueden utilizarse otros productos, como la masilla anticorrosión impermeabilizante para uniones roscadas. Su uso es más sencillo y rápido, ya que se aplica con facilidad antes de roscar las piezas.
En la actualidad, el uso del teflón ha sustituido en la mayor parte de los casos a la estopa. El principal motivo es su practicidad y lo sencilla que resulta su instalación. Es un material sintético que se vende en las ferreterías como cinta adhesiva, dificulta la formación de bacterias y su toxicidad es casi nula.
Además, se comercializa en distintos tamaños, para adaptarse a distintos tipos de cañerías y trabajos, evita la oxidación y resiste muy bien el paso del tiempo, con muy bajos niveles de deterioro.