La acción de los agentes meteorológicos provoca que los cerramientos de la vivienda se deterioren y proliferen los puntos por los que se escapa el calor. Para evitar estas fugas, e impedir la entrada de aire frío del exterior, es necesario un buen aislamiento térmico.
Burletes, económicos y fáciles de instalar
El método más tradicional y económico para proteger las rendijas de puertas, ventanas y cajas de persiana son los burletes autoadhesivos. Para aplicarlos, se cortan en la longitud adecuada, se desprende la lámina protectora del adhesivo de la parte inferior del burlete -sin tocarlo con los dedos para que no se ensucie- y se colocan en los marcos de puertas y ventanas, de modo que se cubran los espacios que queden al cerrarlas.
Otras opciones para evitar las fugas frecuentes por los laterales de los cerramientos son los burletes de espuma, de tubo flexible y las espumas de poliuretano. Estas últimas se aplican en las juntas fijas de las ventanas. Los burletes de espuma son autoadhesivos y se pegan en el perfil rebajado de puertas y ventanas. Los de tubo flexible están compuestos de unas vainas de plástico o metal que guardan en su interior unos tubos flexibles de vinilo que, al cerrarse la puerta o ventana, impiden que se pierda calor.
Fugas de calor por debajo de las puertas
Las rendijas bajo las puertas también provocan corrientes de aire y fugas de calor. Para evitarlo, se pueden utilizar protectores de escobillas y de banda o de arco flexible.
El método más sencillo de instalar es el protector de banda flexible, también denominado cortavientos de cepillo
El método más sencillo de instalar es el protector de banda flexible, también denominado cortavientos de cepillo. Autoadhesivas o con tornillos, las bandas se fijan en la parte interior del bajo de la puerta, hasta que toquen el suelo.
Los protectores de escobillas también pueden ir atornillados o ser autoadhesivos. Constan de un armazón flexible y unas cerdas de nailon. Colocados en la base de la puerta, aíslan de corrientes de aire.
Por lo que respecta al arco flexible, este sistema no se coloca en la puerta, sino que va atornillado al suelo en la parte exterior de la misma. Consta de una pieza de aluminio con un trozo de vinilo arqueado.
Aislar con silicona
Para rellenar juntas y fisuras, e impedir las filtraciones de calor a través de puertas y ventanas, también se pueden emplear selladores como la silicona.
Ésta se aplica en las juntas en forma de cordón. A continuación, se cubre con una cinta plástica y se cierra la puerta. Se mantiene así durante 48 horas para que el producto se fije bien. Una vez transcurrido este tiempo, se retira la cinta y la masilla de silicona estará lista para impedir la salida de calor.
Guardar el calor de los radiadores
Los radiadores que están colocados en las paredes de las viviendas pueden perder parte del calor emitido a través de los muros exteriores. Para evitar esto, se deben agregar detrás de los mismos unos reflectores del calor, compuestos en general de fibra de vidrio.
Los radiadores pueden perder parte del calor emitido a través de los muros exteriores
Otra opción más económica consiste en diseñar el propio reflector. Basta con forrar con papel de aluminio una lámina de madera, un corcho de embalaje o un cartón grueso de un tamaño igual o algo superior al del radiador. Después se coloca en la parte trasera de este último, de modo que el aluminio quede hacia la zona trasera del radiador para que el calor emitido no se pierda por la pared y se refleje de nuevo hacia el radiador.