Los narcisos son una planta muy bella y delicada que suele necesitar de una sujeción externa para que sus finos tallos no se doblen en cuanto comiencen a aparecer sus flores, que, en ocasiones, pueden alcanzar un gran tamaño.
No siempre es posible utilizar jarrones de cuello largo para lograr que el tallo no se deforme, sobre todo si se quiere preparar una cesta o un centro de mesa. En estos caso, lo que puede hacerse es colocar unas ramas o tallos secos para lograr sujetar los tallos, en vez de emplear meros tutores que pueden ser más difíciles de disimular y tal vez no concedan al conjunto el acabado que se necesita.
Por ejemplo, se pueden emplear ramitas o varas de sauce que sirvan de sujeción a los narcisos, para impedir que se rompan sus tallos. De esta forma, además, se aportará a la cesta una gama cromática mayor, ya sólo limitada por la imaginación y la capacidad de cada uno para mezclar con gusto diferentes tipos de plantas.