En las manos de todo jardinero existe la posibilidad, y casi la obligación, de mejorar el estado de todas sus plantas. Esto se puede lograr de varias maneras, pero una muy efectiva consiste en emplear fertilizantes que puedan contener cualquiera de los siguientes componentes: fósforo, potasio o nitrógeno.
Hay que subrayar que la función que desempeña cada uno de los anteriores elementos es muy diferente, así que es conveniente conocer cuál es la labor que desempeña cada uno:
-El nitrógeno estimula el desarrollo de las hojas. Es especialmente recomendable para la primavera, cuando se quiere aumentar la densidad de follaje.
-El potasio ayuda a mejorar la floración y el fortalecimiento de los tallos de las plantas. Por tanto, la fórmula más acertada radica en aplicar fertilizantes ricos en potasio durante la floración.
-El fósforo actúa en beneficio de las raíces. Está especialmente indicado durante el proceso de crecimiento de la planta.
Con todo ello, independientemente del fertilizante que se aplique, resulta conveniente leer las instrucciones de uso que aparecen en los envases para saber las dosis que hay que suministrar y evitar así provocar cualquier tipo de perjuicio en la planta.