Tener un recuerdo de un instante de nuestra vida o de alguna de las personas que nos acompañan en el camino, es un bonito regalo al que le podemos dar una valor añadido si huimos de los convencionalismos y le damos nuestro toque personal.
Para ello podemos recurrir a la técnica de pintar cristal utilizando relieve de falso plomo con el fin de crear un marco artificial sobre el propio cristal.
A continuación pasamos a citar el material del que debemos hacer acopio antes de afrontar el trabajo:
– un portarretratos de cristal de las dimensiones que precisemos
– relieve de falso plomo
– diferentes pinturas específicas para trabajar sobre cristal
– 2 pinceles redondos, uno más fino y otro más grueso para pintar en diferentes zonas
– esencia de petróleo, preferiblemente inodora
Con todo el material dispuesto el siguiente paso que hemos de dar es la elaboración de un diseño que después utilizaremos a modo plantilla. Pero antes de nada es importantísimo que la superficie sobre la que vayamos a trabajar, es decir el cristal, esté bien limpio de impurezas y marcas que pueden afectar al acabado final del dibujo.
Pasamos a la acción colocando sobre la mesa, primero la plantilla que nos servirá de guía y encima el cristal frontal del portarretratos. Con mucho cuidado de no mover ni el cristal ni la plantilla, pasaremos a calcar el dibujo utilizando para ello el relieve de falso plomo. Este relieve viene presentado en un tubo con un dosificador alargado que simulará la punta de un rotulador medianamente grueso, pero hay que tener en cuenta que cuanto más apretemos el tubo más gruesa será la línea que hagamos.
Como hemos de trabajar a mano alzada hay que tener especial cuidado con no provocar borrones sobre las líneas ya trazadas, puesto que el falso plomo tarda unas 6-8 horas en secar (mirar las indicaciones del fabricante). En caso de que sucediera cualquier percance podríamos eliminarlo frotando con un paño untado previamente en esencia de petróleo.
Un consejo que proponemos es que al margen del dibujo realizado, recuadremos con falso plomo la fotografía. Una vez listos todos los contornos, esperar a que pasen las horas necesarias para que éste se seque antes de aplicar la pintura.
El último paso es rellenar de pintura el interior del dibujo. Antes de aplicarla leeremos las instrucciones de uso de la propia pintura ya que probablemente indique que es necesario agitar bien el bote antes de utilizarlo.
Enseguida nos daremos cuenta que se crean unos bonitos efectos de aguas que sería un error intentar de corregir para obtener un acabado más plano y uniforme. Tampoco es recomendable extender mucho la pintura porque podría quedar casi transparente en algunas zonas ni se aconseja dar capas muy gruesas salvo que en determinadas zonas del dibujo se pretenda lograr un efecto determinado.
Poco a poco vamos dando color a todo el marco, dejando exclusivamente sin rellenar la zona central donde irá colocada la fotografía.
Cuando se haya secado el marco artificial que le hemos dibujado al portarretratos sólo queda situar en la parte inferior la fotografía y fijarla con los cuatro enganches metálicos que traen dichos portarretratos.
Esta bonita y divertida tarea puede ser realizada por cualquier miembro de la familia, desde los más pequeños a los mayores y ser un excelente regalo para cualquiera.