Las planchas o chapas de metal suelen ser bastante resistentes, por lo que es necesario emplear una herramienta específica, como una cizalla, un roedor o una sierra de calar, para cortarlas.
La principal pega a la hora de cortar este tipo de materiales es que, debido a su gran dureza, hay que hacer mucha fuerza para cortarlos, por lo que, en ocasiones, al realizar el corte doblaremos la zona al cortar con bastante facilidad.
Las chapas de metal más flexibles son las de aluminio, mientras que las más fáciles de manejar son las de acero. Existen además herramientas con una forma determinada que nos permiten realizar cortes circulares debido a su especial diseño. Para lograr realizar el corte primero deberemos taladrar la chapa, para poder meter ligeramente las puntas de la herramienta y comenzar la operación. No obstante sería mucho más sencillo emplear una broca de corona del tamaño deseado.