Los elementos sin vida de un jardín son fundamentales para mantener un equilibrio de formas y colores a lo largo del mismo, es más, en ocasiones pueden convertirse en verdaderos centros de atención si la imaginación y el arte de cada uno son capaces de combinar la practicidad y la elegancia.
Al contrario de lo que se pueda pensar, no hace falta disponer de grandes fuentes, bonitas esculturas y auténticas obras de arte para despertar el interés visual; una combinación de diferentes piedras y gravas puede ser suficiente para convertir cualquier zona de paso en un lugar lleno de encanto.
Lo primero que se debe hacer es decidir dónde se va a crear ese pequeño sendero especial. Es aconsejable que no sea ubicado en una zona de uso habitual porque, de ser así, ésta requeriría un mantenimiento constante. Por ejemplo, podría ser el camino de acceso a un estanque.
Luego se debe diseñar un trazado que no sea totalmente lineal. Posteriormente habrá que elegir los materiales y los colores que se van a combinar para rellenar cada espacio. Traslade su proyecto de sendero al papel. Fíjese en la imagen y procure que cerámica triturada, corteza, losetas y bolos blancos se mezclen creando un lugar de paso excepcional.