Últimamente los elementos de usar y tirar han ido sustituyendo a otros más duraderos pese a que con un lavado podíamos volver a utilizarlos. Este es el caso por ejemplo de los pañuelos de papel y los de tela o el de las servilletas de papel y las de paño.
Centrándonos en las servilletas, no hace tanto tiempo era costumbre que cada miembro de la familia tuviera su propia servilleta identificada con un color o unas iniciales concretas o simplemente mediante una argolla identificativa.
Desde aquí vamos a proponer una original manera de que los más pequeños tengan inquietud por rescatar esta costumbre, decorando cada uno su propia argolla.
En cualquier tienda de manualidades podemos adquirir unas argollas de madera, (tantas como miembros de la familia seamos) y pintura acrílica de los colores que queramos. Posteriormente, pintaremos y decoraremos a nuestro gusto para que una vez seca la pintura una capa de barniz proteja la argolla del agua y la suciedad.
Fácil, divertido y una sencilla manera de participar todos los miembros de una familia en una actividad.