Los interruptores sirven, principalmente, para encender y apagar las luces. Al menos, ésa es su función inicial, ya que el mercado comienza a abastecerse de nuevos modelos que incorporan otras posibilidades. En algunos casos, la domótica se ha apropiado de estos aparatos para programar a través de ellos las alarmas o la calefacción. En otros, la decoración ha conseguido vestirlos de nuevos materiales que los camuflan en la pared. Pero una de las principales novedades tiene que ver con la propia luz. Cada vez es más frecuente que los interruptores no se conformen sólo con proporcionarla, sino que además la incorporan. Se trata de nuevos diseños que buscan hacerse más visibles para dotar a la vivienda de mayor seguridad.
Teclas quitamiedos
Cuando entramos en una habitación a oscuras la primera reacción es buscar el interruptor para encender la luz. ¿Pero qué ocurre cuando no lo encontramos? Situaciones como ésta ponen a prueba la seguridad en la vivienda, ya que pueden terminar en una caída o ser la causa de un golpe fortuito contra cualquier obstáculo. Algunos fabricantes parecen haber encontrado la solución en nuevos modelos que, además de dar paso a la corriente para encender la luz, la incorporan.
Imagen: Simon
El marco del interruptor es un recurso idóneo para ello. Al iluminarse en la oscuridad, permite localizar fácilmente el punto de luz, una solución muy práctica cuando falla el suministro eléctrico o, simplemente, no hay luminosidad suficiente en una estancia. También es posible incorporar destellos en las teclas y mecanismos de balizado o señalización. Estos modelos están pensados, especialmente, para los más pequeños. Son los denominados «pack quitamiedos», que mantienen una luz tenue en la habitación cuando la luz general está apagada.
Resultan muy prácticos en habitaciones, escaleras, pasillos, trasteros o garajes
Otras localizaciones en las que estos aparatos resultan muy prácticos son las escaleras, los pasillos, los trasteros o los garajes, es decir, zonas de paso que habitualmente tienen un menor nivel de luminosidad. Para estos casos, se puede optar por pulsadores luminosos que facilitan la localización del interruptor y casi permiten «ver» en la oscuridad.
Aplicaciones domésticas
La integración de la luz en el interruptor regala multitud de posibilidades dentro del hogar. Así, en el cuarto de baño se pueden instalar modelos con una luz que cambia de verde a rojo para indicar si el baño está libre u ocupado. Cuando se enciende la luz interior, automáticamente, el pulsador se vuelve de color rojo para informar de la presencia de una persona en su interior.
Se pueden personalizar con logotipos que indican si se accede a la cocina, al cuarto de baño o al trastero
Si se prefiere, los interruptores se pueden personalizar. Es posible dibujar en ellos un logotipo luminoso o colocar éste justo encima del interruptor para indicar si se accede a la cocina, al cuarto de baño o al trastero. Otra posibilidad es indicar las funciones, es decir, si el interruptor permite encender una luz -lo más habitual- o sirve para hacer sonar un timbre o encender el aire acondicionado.
Cuando se trata de enchufes, también es muy útil que dispongan de marco luminoso. Éste permite localizar con facilidad las tomas de corriente, tanto en ambientes oscuros como en aquellos poco iluminados. Asimismo, en caso de urgencia, pueden indicar el camino de salida o servir de luz de emergencia.
Además de teclas y marcos luminosos, los interruptores pueden incluir dispositivos de programación de alarmas o calefacción. Un interesante valor en el mundo de la domótica. Por otro lado, permiten sintonizar emisoras de radio, un reloj despertador o una estación meteorológica, y distribuyen las señales de voz, datos y televisión en toda la casa. Desde un interruptor, se puede controlar prácticamente todo lo que ocurre en el interior de una vivienda: regular la temperatura ambiente, detectar una fuga de gas o agua y cortar el suministro, habilitar hilo musical o advertir cuándo suena el teléfono.
Imagen: Simon