Muchas personas eligen la cama como el lugar en donde dedicarse a la lectura. Por tal motivo, conviene acondicionar ese espacio para dotarlo de la mayor confortabilidad posible. Tres elementos son fundamentales y se explican en este artículo: baldas para guardar las lecturas junto a la cama, una buena iluminación y adoptar las posturas correctas, para evitar la aparición de dolores e incluso lesiones.
Baldas para guardar las lecturas junto a la cama
Para muchas personas, la cama es el lugar preferido para dedicarse a la lectura. Además, en muchos casos, el tiempo que se le dedica es el final del día, un momento de relajación pero también de cansancio acumulado y sueño y sin luz natural. No resulta nada raro que muchas veces la lectura dure apenas unos minutos y que enseguida el lector se duerma. Por eso, conviene procurar que las condiciones para la lectura en la cama sean las mejores, con el fin de sacarle el mayor partido a este momento de placer.
Una buena opción son los revisteros de pared, que son colgantes y ocupan muy poco espacio
Uno de los asuntos de mayor importancia es tener los libros o revistas que se desee leer en un lugar cómodo, de fácil acceso y cerca de la cama. Para ello puede valer una mesilla de noche, que es el recurso más tradicional, pero también existen otras alternativas. Una posibilidad es la de colocar baldas empotradas en la pared, que permiten ubicar allí varios libros, modalidad muy apropiada para personas a las que les gusta seguir muchos textos al mismo tiempo. Otra opción es la de revisteros metálicos, que por lo general son colgantes y ocupan muy poco espacio, el suficiente para que la revista quepa entre el estante, apenas inclinado, y la propia pared.
Tendencias más modernas de almacenaje en la habitación incluyen muebles cabeceros, que se colocan entre la cama y la pared. Esta estructura posee compartimentos internos con baldas para guardar cosas y una superficie en la parte superior, donde apoyar todo tipo de cosas, desde el material de lectura (libros, papeles o folios sueltos) hasta plantas y flores o el sistema de iluminación.
Buena iluminación, más comodidad para leer en la cama
La iluminación es otro de los puntos cruciales. Sin buena luz, el cansancio se produce mucho antes, ya que a la fatiga general habrá que añadir la visual que provoca el forzar los ojos para leer en esa especie de penumbra.
Lo aconsejable es que convivan dos lámparas: una más decorativa, con luz tenue, y otra con luz puntual, de mayor intensidad, para la lectura
Durante mucho tiempo, el estilo pareció estar reñido con la buena luz. Las lámparas tradicionales, ubicadas sobre las mesillas de noche, con pantallas que difuminan la intensidad de los rayos, son muy apropiadas para dar una iluminación tenue a la habitación. Pero esta luz es perjudicial cuando lo que se desea es leer. Por ello, para no sacrificar una de las dos variantes en función de la otra, lo aconsejable es tener dos tipos de lámparas diferentes. Por un lado, la clásica de la mesilla de luz, con pantalla, luz tenue, etc. Por otro, una lámpara puntual y con mucha mayor intensidad, que ilumine con más fuerza un objetivo mucho más concentrado: el papel (o el e-book) que la persona tenga en sus manos.
Una luz puntual, además, favorece la convivencia, ya que facilita que uno de los miembros de la pareja pueda leer en la cama sin molestar (al menos, en exceso) a quien duerme a su lado.
El tercer elemento fundamental de este conjunto es la comodidad de la propia cama. La posición idónea, según los expertos, es bocarriba (nunca de costado ni en otras posturas), con el torso reclinado y un cojín bajo las rodillas, lo cual permite que la espalda se apoye por completo.
Luego, para regular la reclinación, se puede echar mano de cojines o almohadas especiales que logren una mayor confortabilidad. El cuello no debe quedar demasiado inclinado ni se debe forzar su musculatura. También se puede utilizar un cojín para apoyar el libro o revista, para no fatigar los brazos. Hay que tener especial cuidado con estos temas, ya que las malas posturas ocasionan dolores y, con el tiempo, también lesiones.