Ver la televisión en una sala a oscuras y con la pantalla del aparato como única fuente de luz es muy perjudicial para los ojos, ya que ocasiona fatiga visual. Y lo mismo ocurre si la estancia está muy iluminada. Este artículo explica cuál es la luz más idónea para ver la televisión, las posiciones adecuadas para la fuente lumínica y las innovaciones que incorporan los televisores más modernos en el ámbito de la iluminación.
La luz idónea
Contar con una buena iluminación cuando se ve la televisión es fundamental para evitar un cansancio visual excesivo, que puede ocasionar jaquecas y, con el paso del tiempo, afectar a la salud.
Si todas las luces están apagadas, las pupilas deben adaptarse todo el tiempo a los cambios de brillo en la pantalla
La iluminación más idónea para la estancia en la que se ve la tele es una luz tenue. Si todas las lámparas están apagadas y la única fuente de luz es la pantalla del televisor, el contraste entre la oscuridad de la estancia y el brillo del aparato produce un rápido cansancio, en particular porque obliga a las pupilas a adaptarse todo el tiempo a los cambios de brillo en las imágenes transmitidas por el aparato.
En cambio, si la luz en la estancia es muy intensa, también resulta molesto después de un rato de fijar la vista en la pantalla. Esta sensación se acentúa si el televisor no es uno de los modernos aparatos con tecnologías de plasma o LCD y pantalla plana, sino de los antiguos con tubo, rayos catódicos y pantalla de cristal, ya que estos últimos reflejaban mucho más la luz del ambiente.
Posiciones adecuadas de la fuente de luz para ver la televisión
La fuente de luz puede estar en tres posiciones diferentes, que se detallan a continuación:
Detrás del telespectador. Se puede optar tanto por apliques de pared como por lámparas de pie. Como queda fuera del campo visual de las personas que ven la tele, la fuente puede ser de cualquier tipo, con el único requisito de que emita una luz suave.
Cuando la lámpara está delante del espectador, debe contar con una pantalla que atenúe su brillo o apuntar sus rayos hacia arriba o hacia una pared
Entre el espectador y el televisor. En este caso, la lámpara sí estará situada dentro del campo visual de las personas, por lo cual es importante que sea de pie, con una pantalla que le reste brillo, no deslumbre y evite reflejos excesivos. También es posible optar por una fuente de luz que emita sus rayos hacia arriba. Como es lógico, la lámpara estará en un costado, para no interferir en la visión de la persona. La distancia a la que se ubique permite regular la intensidad de la luz que llegue a la tele, pero se recomienda que la separación entre la lámpara y el aparato sea de al menos dos metros.
Detrás del televisor. En este caso, la fuente de luz puede estar a la vista del espectador o bien oculto tras el propio aparato. Si está a la vista, será más importante aún que el brillo esté atenuado por una pantalla o que los rayos se dirijan hacia arriba o hacia la pared, ya que de otra manera el deslumbramiento sería inevitable. Si está oculto, habrá que comprobar que su intensidad no sea excesiva y genere un ambiente agrabable para la concentración en la pantalla.
El veloz desarrollo en los últimos años de nuevas tecnologías en el campo de los televisores ha traído, entre otras, innovaciones en el ámbito de la iluminación al momento de ver la tele.
Muchos modelos de televisores con tecnologías más modernas -en general, de LCD y LED- incluyen un sistema de regulación automática del brillo. Esto permite a los aparatos detectar la cantidad de luz que existe en el ambiente y adaptar el brillo de la pantalla, con el fin de evitar contrastes demasiados fuertes y ahorrar al usuario la tarea de modificar el brillo de la pantalla cada vez que cambie la intensidad de la iluminación de la estancia.
Otra tecnología incluye sistemas de retroiluminación o iluminación trasera en los televisores más recientes. Consiste en lámparas que se incorporan en la parte posterior del propio televisor e iluminan la pared de detrás. La innovación más importante es que esas luces se modifican para adecuarse al brillo y los colores de las imágenes que se emiten en la pantalla. Es decir, si las imágenes en pantalla tienen fondo azul, las luces que se proyectarán sobre la pared posterior también serán azules, lo cual permite ampliar la experiencia visual más allá de los límites del propio aparato.