La menta es un género de plantas muy apreciadas en gastronomía, donde se aprovecha como especia, para aderezar comidas o realizar infusiones. También, debido a su fragancia, se emplea para la elaboración de golosinas o productos de limpieza, entre otros destinos. No exige demasiados cuidados, pero con unos pocos se puede sacar partido también a su valor ornamental. Este artículo reseña las principales características de la menta, los cuidados necesarios para su cultivo y sus diversos usos.
Principales características de la menta
La menta es una planta con múltiples usos, tanto a nivel culinario como aromático. De hecho, una gran variedad de productos de higiene aprovechan su extraordinaria fragancia. Sin embargo, si se aplican los cuidados correspondientes, también tiene valor ornamental. Su cultivo no exige cuidados excesivos, salvo el de impedir que se propague demasiado, ya que es una planta muy invasiva y puede cercar y dañar a otros ejemplares que tenga alrededor.
Muchos productos de consumo popular, desde golosinas hasta helados y cigarrillos, aprovechan el aroma de la menta
El de la menta es un género de plantas perennes que proceden de la zona del Mediterráneo y del Asia central. Pertenece a la familia de las lamináceas, al igual que otras especies con fragancias muy características, como la lavanda, y que otras comestibles muy empleadas en la cocina española, como el orégano y la albahaca. Cultivados en jardín, los ejemplares pueden superar el metro de altura. Sus hojas son de color verde más o menos oscuro (según cada especie) y en general con mucho brillo. Posee unas flores pequeñas con matices entre los colores blanco y púrpura, y su fruto tiene forma de cápsula y contiene hasta cuatro semillas.
Cuidados necesarios para el cultivo de la menta
Como sus flores no son demasiado atractivas, a menudo el cultivo de la menta tiene como objetivo el aprovechamiento de sus hojas. En ese caso, conviene cortar las flores tras su nacimiento, para que no consuman los nutrientes del ejemplar, y las hojas los aprovechen. Se puede hacer un primer corte de hojas hacia el final de la primavera, de modo que durante el verano nazcan nuevas y dé tiempo de hacer una segunda recolección antes de la llegada del otoño. Tales hojas se pueden usar frescas o guardarlas para su uso posterior congeladas o secas.
Si se cultiva en maceta, es aconsejable podar la planta para controlar su crecimiento
Estas plantas necesitan mucho sol y riegos abundantes (al menos una vez al día), sobre todo en épocas de mucho calor. Pero hay que tener cuidado con el sustrato: conviene que sea arcilloso y debe poseer un buen drenaje y no encharcarse.
En el caso de cultivo en macetas, es aconsejable podar la planta para evitar su crecimiento excesivo hacia arriba y los costados. Si crece mucho, la planta extiende sus raíces, y como consecuencia, tanto el recipiente como el sustrato resultan escasos para sus necesidades de espacio y nutrientes. De tal modo que lo mejor es controlar de esa manera su crecimiento.
Con la menta se realizan infusiones, a las que se le atribuyen incluso propiedades medicinales, desde antisépticas y analgésicas hasta relajantes. Además, de esta planta se destila un aceite con un alto contenido de mentol, sustancia a partir de la cual se elaboran productos tan populares como caramelos, chicles, cigarrillos y helados, además de líquidos para la higiene bucal y perfumes. La menta también se emplea como especia o aderezo en la elaboración de carnes, sopas y ensaladas.
Su aroma es tan fresco y poderoso que, en muchos lugares, se utiliza como técnica llevar un manojo cerca de la nariz para contrarrestar malos olores muy intensos, como puede ser el trabajo con cueros, guano, etc.
Una de las especies más conocidas del género es la hierbabuena (también llamada menta spicata), muy usada en gastronomía y perfumería. Uno de sus usos más populares consiste en la preparación del mojito, cóctel de origen cubano muy difundido en el mundo occidental, y en España en el puchero andaluz. También son comunes los licores de menta.