La técnica del craquelado permite otorgar a cualquier objeto un aspecto antiguo y envejecido. Lo más recomendable es recurrir a ella como acabado en muebles o superficies tratadas con las técnicas del estarcido y a mano alzada. Se puede emplear tanto en objetos de pequeñas dimensiones, como en puertas y armarios.
Para ello, primero debe aplicarse un barniz o aceite que selle la superficie. De esta manera, se evita que el material absorba la pintura -sobre todo si se trata de objetos de madera– y se realza el resultado.
Una vez que la primera capa se haya secado, hay que aplicar otra de barniz pátina. Este producto se caracteriza por imitar el aspecto de metales envejecidos, por lo que las superficies decoradas de esta manera adquieren un tono ocre característico. Es importante que el producto se extienda de manera uniforme y que se deje secar por completo.
Resaltar las grietas
Para dar por concluido el trabajo, después del barniz pátina se aplica una capa de goma arábiga o barniz de craquelado. Ésta es la capa que se cuartea y crea el efecto envejecido. Si se quieren conseguir grietas más grandes, basta acelerar el proceso de secado con un secador de pelo a baja temperatura.
A continuación, hay que resaltar las grietas con un color diferente al de la capa base. Para ello, se frota la superficie con un trapo empapado en pintura. La elección del color es clave. Los tonos fuertes consiguen un contraste mayor y, por lo tanto, mejoran la visibilidad de las grietas frente a los tonos suaves. En esta técnica es importante descartar productos con agua en el acabado final, ya que reducen el efecto de los barnices anteriores.
El resultado del craquelado es una superficie con aspecto cuarteado o agrietado que imita a los muebles antiguos y desgastados. No obstante, hay otros productos que logran el mismo efecto: son los barnices y esmaltes de agrietado.
Algunos barnices y esmaltes propician la aparición de grietas durante el proceso de secado
La característica de estos productos es que, al secarse, se forman pequeñas grietas sobre la superficie de manera espontánea. Están preparados para cuartearse a medida que se secan, por lo que se debe aplicar una capa de barniz protector una vez que están secos.
La diferencia fundamental entre los esmaltes de agrietado y los barnices es que los primeros se cuartean y dejan ver la capa base -de ahí la importancia de seleccionar un color adecuado para ésta-, mientras que los barnices se encogen durante el proceso de secado, lo que da lugar a un efecto resquebrajado.