Las limas y las escofinas son herramientas manuales de metal cuya misión es facilitar el devastado y pulido de distintas superficies de metal, madera o plástico. Para esta labor, disponen de unas estrías más o menos finas, con resaltes granulados dispuestos en sentido oblicuo respecto al eje longitudinal de la herramienta.
La lima, una herramienta para pulir
La lima es una herramienta manual que consta de una barra de acero al carbono templado, con ranuras o dientes, y un mango. Su cometido es rebajar y afinar el metal en tareas de ajuste y reparación, aunque las más bastas en cuanto a dentado se pueden emplear también para la madera y otros materiales blandos.
Para limar se debe empuñar el mango de la herramienta con una mano, mientras que con la otra se sostiene el extremo contrario para controlar la presión ejercida y guiar su movimiento. Esta presión se debe ejercer en el movimiento de avance, ya que el de retroceso sólo sirve para recuperar la posición.
Las características del granulado (entrefino, fino o extrafino) de esta herramienta son de gran importancia según el tipo de trabajo o ajuste que se pretenda.
En cuanto a su clasificación, las limas destacan según diversos tipos, formas y tamaños. Para trabajos sobre superficies de formas y dimensiones diferentes hay que contar, al menos, con dos limas planas, una triangular, una cuadrada y otra redonda.
Las planas tienen la misma anchura en toda su longitud y distintas superficies de corte. Las de media caña disponen de una cara plana y otra redondeada, más estrechas en la punta. Se pueden utilizar en superficies planas o curvas y, por su versatilidad, son las más utilizadas. Respecto a las redondas, las triangulares y las cuadras, sus usos se limitan a las superficies con estas formas.
Muy similar a la lima, la escofina es una herramienta de gruesos dientes triangulares, dispuestos en diagonal, diseñada para eliminar excedentes de las superficies de madera. El número de dientes por centímetro cuadrado determina la calidad de pulido.
El número de dientes por centímetro cuadrado determina la calidad de pulido
Sus formas pueden ser muy variadas. Las escofinas de punta curva tienen dos extremos con esta forma para poder trabajar en ángulo. Las planas y las rectangulares son planas por las dos caras y se diferencian porque los cantos de la segunda son paralelos. Las escofinas redondas o cilíndricas se utilizan para trabajos en superficies circulares, mientras que las acabadas en una punta delgada y estrecha son las más apropiadas para trabajos en detalle. Por último, las escofinas de mediacaña se utilizan en superficies cóncavas y convexas.
Durante el proceso de pulido, hay que fijar la pieza de madera con un sargento o instrumento similar. La escofina se sujeta por el mango con una mano y por la punta con la otra. Además, hay que tener la precaución de no trabajar contra el pelo de la madera para evitar que la pieza se astille.
Si los dientes de la herramienta se atascan con las virutas de la madera, es necesario limpiarlos. Si no se hace, se podría romper la pieza que se pule. Para la limpieza, se utiliza un cepillo de alambre fino.