Como cualquier otro reproductor de audio, el lector de discos compactos necesita ser limpiado cada cierto tiempo. En primer lugar, deberemos desmontar el lector de CD y encontraremos la lente. No será difícil encontrarla ya que probablemente se vea cuando se levante la tapa. Es similar a una lentilla y es importante que no se toque con los dedos.
Para limpiarlo utilizaremos un bastoncillo y alcohol, pero tendremos cuidado con el tipo de alcohol. Si usamos el de 96º corremos el peligro de dañar la lente. Por eso es necesario mojar el bastoncillo con un poco de alcohol isopropílico, que hace la misma labor que el de 96º pero sin dañar la lente.
Una vez hayamos mojado el bastoncillo en el alcohol realizaremos la limpieza de la lente de forma circular. Nunca se debe apretar en exceso ya que de esta manera también se podría dañar la lente, y se debe limpiar de forma lineal. Antes de volver a utilizar el lector deberemos esperar a que la lente se seque. Cuando esté seco notaremos que el lector reproduce sus discos compactos mejor.