Al igual que cualquier persona que tenga que sufrir mucho ajetreo en la vida diaria, las plantas también se estresan, lo que puede hacer que lleguen a padecer plagas y enfermedades que una planta no estresada podría sobrellevar de mejor manera, e incluso podría no padecer, ya que el estrés provoca que sus defensas naturales estén a un nivel más bajo de lo habitual.
Uno de los principales causantes del estrés en las plantas son los cambios climáticos bruscos, ya que alteran en mayor medida la actividad vegetal que deben realizar para asegurar su subsistencia. Este tipo de cambios son incluso más acusados por la planta que si tuviera que soportar bajas temperaturas, como sucede durante el invierno, durante largos periodos.
Para evitar el estrés debido a los cambios de temperatura es recomendable mantener los ejemplares de interior resguardados del calor y frío extremos, y en un lugar bien ventilado y con una temperatura constante e idónea para ellos, por eso es tan importante conocer los requerimientos de cada variedad antes de comprarla y luego elegir el emplazamiento que más le convenga.
Para proteger los ejemplares de exterior que no podemos trasladar es recomendable acolcharlos o colocar una mampara de cristal. Tampoco es conveniente cambiar las plantas de ubicación, ya que pueden llegar a perder sus hojas debido al estrés.
Para compensar el estrés que provocan estos cambios en la actividad vital de los ejemplares lo más recomendable es abonarlos con productos biodinámicos, compuestos normalmente a base de sílice y valeriana, que permitirán descansar a las plantas y conseguir que puedan desarrollarse con total normalidad a pesar de las altas temperaturas diurnas y las frías noches.