Para mejorar el acabado final de los muebles fabricados en casa se puede recurrir a chapas de madera, de mayor calidad que la estructura del mueble, que, pegadas sobre éste, mejoren su aspecto exterior.
Éstas chapas son láminas muy finas, con una anchura que no suele superar los 50 centímetros y que pueden estar preencoladas, aunque su precio es algo mayor que las normales. Las preencoladas se pegan a la superficie que se trata de decorar como si de una simple pegatina se tratase. Para conseguir una fijación duradera es necesario presionarlas con la plancha en la posición de lana. Las maderas no preencoladas se adhieren al mueble con cola de contacto.
Los acabados de este tipo de materiales varían mucho, desde maderas nobles, como el roble o el haya, hasta aquellas de origen tropical como la ucola o la caoba. El principal problema que presentan este tipo de láminas es su corte, ya que mientras se practica pueden abrirse por las vetas de la madera. Para evitarlo bastará con sujetar con cinta de carrocero la superficie del corte.