La carpintería de PVC en España se encuentra en “moderado crecimiento”. Según datos de la Asociación de Ventanas de PVC (ASOVEN), mientras en otros países europeos como Irlanda o Francia este mercado alcanza una cuota del 80% y el 60%, respectivamente, en nuestro país la zona donde más se colocan ventanas de PVC es en el norte, con una cuota del 36%. No obstante, a medida que se generaliza este tipo de ventanas, es necesario generalizar también unas normas básicas de mantenimiento. Las más comunes exigen limpiar los perfiles una vez al mes y engrasar todas las piezas móviles, al menos, dos veces al año.
El artículo 16 de la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) obliga a los propietarios y usuarios de una vivienda a «conservar en buen estado la edificación mediante un adecuado uso y mantenimiento». Esta norma afecta al estado de las ventanas, puesto que son un elemento relevante en la fachada de cualquier edificio. Hay que mantenerlas limpias.
La Ley obliga a conservar en buen estado cualquier edificación mediante «un adecuado mantenimiento»
La mayoría de las ventanas están fabricadas en madera, aluminio o PVC. Estas últimas tienen una cuota de mercado del 36% en el norte de la península, mientras que en el centro suponen el 18,4%, en Levante el 12,3%, en el sur el 9,4%, y en Cataluña y Baleares el 14,7%, según estimaciones de la Asociación de Ventanas de PVC (ASOVEN).
El PVC o policloruro de vinilo es una combinación química de carbono, hidrógeno y cloro. Esta mezcla se traduce en una vida útil que supera los 50 años. Por ello, si durante este tiempo se quiere mantener las ventanas de PVC en buen estado, es conveniente poner en práctica una serie de cuidados. Además de no forzar ni las maniobras ni los giros de apertura, ante el riesgo de bloquear la ventana, hay que prestar atención a la limpieza de diferentes partes.
Pautas de limpieza
El PVC es un material inerte. «No le afecta la salinidad del mar, es insensible a la humedad, y altamente recomendable en ambientes agresivos», subrayan desde ASOVEN. Estas características facilitan el estado de conservación de la carpintería de PVC, pero aún así es necesario quitar la suciedad.
Si las ventanas tienen ranuras de aireación, éstas deben mantenerse limpias y abiertas. De lo contrario, será difícil que cumplan su función.
Los perfiles tienen que limpiarse con un paño suave, agua y jabón neutro, al menos, una vez al mes. Hay que aclarar con agua abundante para evitar que queden restos de jabón.
Dos veces al año, conviene limpiar los elementos metálicos (herrajes) y engrasar todas las piezas móviles con aceite exento de ácidos.
Las juntas de cierre y acristalamiento (gomas) se deben limpiar con agua y jabón neutro.
Por otro lado, debido al cierre hermético de las ventanas, es recomendable ventilar la estancia un mínimo de dos veces al día. «En zonas geográficas con mayor grado de humedad, recomendamos ampliar los tiempos de ventilación», agregan en ASOVEN.
En la actualidad, existe una normativa vigente que clasifica las ventanas de PVC de acuerdo a sus prestaciones. Son las normas:
- UNE-EN 12207:2000, que establece la clasificación según la permeabilidad al aire y define a la clase 4 como la más impermeable.
- UNE-EN 12208:2000, referida a la estanqueidad al agua y que destaca la clase 9A como la más estanca.
- UNE-EN 12210:2000, que clasifica la resistencia a efectos de viento y considera a la clase C5 la más hermética.