La mayoría de las mudanzas conllevan el traslado de muebles, enseres y objetos personales de dimensiones y fragilidad muy diversas. Para transportar y proteger estos objetos, hay que recurrir a diferentes materiales de embalar, con utilidades y características diferentes. No en vano, de un buen embalaje dependen la protección, la maniobrabilidad y la comodidad en el traslado de los objetos. El cartón corrugado o cartón ondulado, el plástico con burbujas, las cajas de madera o de cartón y las bolsas son algunos de los materiales más empleados para esta tarea.
Un tipo de embalaje para cada objeto
Entre los materiales más utilizados para guardar los enseres destacan las cajas de cartón corrugado triple A, ya que soportan un gran peso -hasta 300 kilos en los modelos más resistentes-, las formas de protección son diversas y se pueden usar para guardar muebles y objetos durante períodos prolongados, al no deformarse. Este aspecto resulta muy útil si el mobiliario y demás enseres se almacenan en un guardamuebles, un espacio que alquilan numerosas empresas de mudanzas.
No obstante, siempre que se empleen cajas, conviene que no sean demasiado grandes, para poder levantarlas con facilidad, y que se refuercen con dos bandas de cinta adhesiva cruzadas en la base. Respecto a los muebles antiguos u obras de arte que requieren un cuidado especial, se embalan con un cartón resistente, pero más delicado que el corrugado, para evitar que se rayen.
El plástico termoinflado o de burbuja está indicado para proteger elementos de decoración, ordenadores, televisiones, vidrios, mármoles y objetos frágiles en general, que después se recubren con cartón corrugado.
Otros productos de embalaje se venden en spray, como las espumas inyectadas, con una buena resistencia a los impactos. Se utilizan para rellenar los espacios que puedan quedar en las cajas. Cuando haya que embalar plantas, la espuma de goma es muy útil para enroscar el tallo. Los objetos más delicados se protegen con cajas o bolsas acolchadas en el interior con espuma.
El pluriball es otro material específico para determinados objetos. Es un papel de seda afelpado con una textura suave, idónea para cubrir platería, jarrones finos, vajilla y cristal.
En cualquier caso, cajas, cartones, plásticos y demás recipientes de embalaje deben quedar adheridos de forma correcta por medio de precintos o cuerdas, de manera que quede el mínimo espacio entre el elemento y el embalaje. El agarre para el transporte ha de ser resistente para evitar que se pueda soltar.
Al embalar los distintos enseres, la opción más adecuada pasa por empaquetar los objetos de cada cuarto, etiquetar cada caja con una descripción de su contenido y la habitación de destino. De este modo, los operarios de la empresa de mudanza sabrán en qué estancia deberán depositarla.
Los paquetes con artículos frágiles deben estar marcados de forma visible
Lo más aconsejable es guardar los artículos pesados en cajas pequeñas y los más livianos, en cajas más grandes. Los paquetes con artículos frágiles deben estar marcados de forma visible para que se manejen con precaución.
Para un correcto embalaje, se deben colocar los objetos más pesados en primer lugar y, sobre ellos, los más ligeros. En todos los casos hay que tratar de llenar las cajas para que su contenido no pueda moverse y ésta no se deforme cuando se apile con otras.
En el caso de la cristalería o la vajilla, un truco para que las cajas sean más seguras consiste en formar una capa de pequeñas bolas con papel de periódico y cubrir con ellas el fondo. En el caso de los platos, hay que colocarlos envueltos en plástico-burbuja de forma vertical, nunca apilados, ya que así son más resistentes frente a los golpes.