Una buena idea para pintar la mesa y sillas de la cocina consiste en recurrir a una tonalidad como el blanco roto para aligerar su imagen, y a continuación aplicarle una pátina. El resultado, un funcional office de aspecto envejecido, noble y perfectamente integrado en el espacio de la cocina.
Antes de pintar, el primer paso se centrará en pulir toda la superficie de las sillas y mesa, eliminando cualquier tipo de impurezas. Acto seguido se aplicará una capa de pintura acrílica. El color blanco roto puede ofrecer un excelente resultado. Una vez pintada la superficie hay que volver a pasar la lija para plasmar el mejor acabado posible. Por último se aplicará la pátina con la que se obtendrá ese peculiar y brillante aspecto envejecido.