Aparte del defecto o exceso de riego o luz solar, las plagas son la principal amenaza para las plantas. Para evitarlas es recomendable vigilar su estado, comprobando si son atacadas por cualquier tipo de insectos y vigilando aquellas alteraciones que se produzcan en el color, forma o textura de sus hojas, flores y tallos.
Cada ejemplar es más propenso a ser atacado por una determinada plaga, que deberemos atajar con un insecticida específicamente preparado. De esta forma evitaremos dañar el ecosistema circundante e, incluso, las propias plantas que pretendemos defender.
Sin embargo, antes de emplear cualquier solución química es preferible utilizar paneles pegajosos, en los que atrapar plagas de insectos como la mosca blanca, que también puede combatirse regando con agua en la que hayan permanecido algunas horas media docena de colillas. Esta operación debe repetirse cuatro días consecutivos y también es válida contra la cochinilla.
No obstante, tan importante como emplear este tipo de medidas protectoras no nocivas para la planta y su entorno, resulta seleccionar adecuadamente su ubicación. Para obtener resultados óptimos deberá colocar los paneles en zonas en las que corra el aire o bien donde observe la presencia de insectos.
Esta sencilla solución para librarnos de algunas de las plagas más comunes de nuestros jardines también puede resultar contraproducente, porque pueden pegarse a estos paneles insectos polinizadores como las abejas, por lo que su emplazamiento en un lugar estratégico resulta fundamental.