La presencia de insectos en la vivienda se puede evitar. A las mosquiteras y los insecticidas se añaden las pinturas fabricadas con este fin. Estas últimas contienen partículas insecticidas que ahuyentan a mosquitos, moscas, hormigas o cucarachas, sin ser perjudiciales para las personas o los animales domésticos. No son productos tóxicos, ya que su efectividad queda patente por contacto: repelen a los bichos cuando se posan sobre la superficie tratada.
Imagen: Jose Conejo Saenz
Su duración se extiende a lo largo de varios años, según el producto. Por ello, hay que conocer las características de cada uno y renovar la capa de pintura cuando sea necesario. De lo contrario, queda mermada su efectividad contra insectos, hongos y ácaros, de tamaño microscópico pero que habitan en paredes y techos.
Se pueden encontrar incoloros o con color -aunque la gama todavía es reducida-. Hay pinturas antiinsectos monocapa, de aplicación tanto en interior como en exterior, y en caso de oler a insecticida, el olor desaparece cuando lo hace el propio olor a pintura o una vez que ésta se seca.
Aún así, hay que tener cuidado al utilizarlas. Se debe trabajar en una habitación ventilada, no hay que pintar superficies sobre las que se vayan a manipular alimentos y conviene dejar pasar al menos 12 horas antes de ocupar de nuevo la estancia.
Protección de las plantas
Junto a paredes y techos, las plantas son otro objetivo preferente de los insectos. Por ello, existen productos específicos para su tratamiento. La científica valenciana Pilar Mateo, inventora de una pintura insecticida que frena el ciclo biológico de los insectos que transmiten la enfermedad de Chagas, acaba de presentar Inesfly IGR Fito, «una nueva tecnología para el control del picudo rojo de la palmera e insectos vectores de enfermedades de plantas, mediante microcápsulas poliméricas».
Se experimenta con pinturas que evitan la transmisión de enfermedades a las plantas
Se trata de una pintura experimental en agricultura, desarrollada en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias. «Podría ser la solución más eficaz para evitar las plagas devastadoras que el picudo rojo de la palmera (Rhynchosphorus ferrugineus) está ocasionando en las zonas de palmerales de España y del resto de países mediterráneos», aseguran sus descubridores.
También en estos casos, se trata de pinturas que actúan por contacto y son efectivas como tratamiento preventivo. No obstante, son necesarias dos aplicaciones de pintura al año para evitar la afectación en palmeras sanas. Por otro lado, actualmente se ensayan aplicaciones en cultivos de campo e invernadero y en viveros para reducir la incidencia de enfermedades virales en cítricos, frutales y hortalizas.
Un aspecto fundamental de estos productos es el cumplimiento de la Directiva Europea de Biocidas para no dañar la salud de las personas. Los biocidas protegen la superficie sobre la que se extienden, siempre que se apliquen en las dosis fijadas por norma.
Las pinturas antiinsectos contienen estas partículas insecticidas, que se liberan lentamente en cantidades mínimas para alargar su efectividad. Su toxicidad es baja y sirven para madera, cemento, yeso o escayola. No obstante, hay que seguir siempre las instrucciones del fabricante que aparecen en el etiquetado del envase.