La instalación eléctrica de una vivienda está compuesta por diversas partes. Desde la acometida, que se localiza en el exterior del inmueble, hasta las tomas de corriente e interruptores del interior, es imprescindible contar con una serie de dispositivos que garanticen un transporte correcto de la energía para asegurar el suministro y evitar accidentes.
La acometida se localiza entre la red de distribución pública y la caja general de protección de la vivienda. Sin ella, la electricidad no llegaría a los hogares ya que se encarga de recibir y distribuir la energía a través de los contadores. Puede ser aérea (recorre la fachada), subterránea o mixta, pero siempre ha de seguir el trazado más corto. Asimismo, cuando la vivienda sea unifamiliar, hay que exigir que la acometida sea individual.
Elementos de protección
Es importante que en el recorrido de la electricidad, la instalación disponga de elementos de protección. Un punto de encuentro importante es el cuadro general de protección. En él se dan cita el diferencial, el interruptor de control de potencia (ICP) y los pequeños interruptores automáticos (PIA).
El cuadro general de protección reúne los dispositivos básicos de protección
En el caso del ICP, siempre hay que constatar que está precintado. Este interruptor lo instala la compañía suministradora en función de la potencia contratada, por lo que es imprescindible asegurar que no pueda ser manipulado por los usuarios. Respecto a los PIA, es aconsejable que cada circuito cuente con uno, puesto que se encargan de limitar la intensidad que ese circuito es capaz de soportar y un número escaso impediría un buen control.
En cada inmueble los circuitos habituales son tres: fuerza, alumbrado y cocina. El primero se encarga de las tomas de corriente, mientras que el segundo controla los puntos de luz y los aparatos eléctricos. Por su parte, el circuito de cocina regula, tal como indica su nombre, las tomas de corriente, los puntos de luz y los aparatos que se conectan en esta habitación.
En cada estancia de la casa se localizan una serie de dispositivos a los que llega o desde los que se controla la corriente eléctrica. Son los enchufes, interruptores -sencillos o conmutados– y portalámparas. Todos ellos están conectados a una caja de conexión, que les envía electricidad a través de cables.
Cualquiera de estos elementos debe cumplir los requisitos que marca la normativa vigente (Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, REBT) y ser material homologado. Así, es preferible que los enchufes dispongan de toma de tierra, sobre todo si se prevé conectar en ellos aparatos de gran consumo, y se deben evitar los adaptadores múltiples o ladrones.
Además, en las cajas de conexión hay que emplear regletas para empalmar unos cables con otros. De esta forma se consigue no retorcerlos o utilizar sistemas de fijación dudosos, como el esparadrapo o la cinta adhesiva.