Existen multitud de marcas comerciales que en sus catálogos de productos disponen de pegamentos instantáneos o cianocrilatos, que entre sus múltiples ventajas permiten unir casi cualquier tipo de superficies puestas en contacto en cuestión de segundos, sin dejar restos de adhesivo alrededor de la zona que han de pegar si hemos empleado la cantidad adecuada.
No obstante, si los empleamos para unir zonas que se encuentren en continuo movimiento o uso, como por ejemplo las unas gafas de sol que tengan deteriorada parte del plástico que sujeta el cristal, con el paso del tiempo la unión puede llegar a desoldarse.
Un truco para evitar que esto suceda consiste en aplicar un poco de bicarbonato sobre las superficies que se van a unir antes de pegarlas, de esta forma casi nada podrá hacer que la unión se rompa.