La madera es un material tradicional en la fabricación de ventanas y persianas. Sin embargo, cada vez se emplea menos. La irrupción en el mercado del aluminio y el PVC es una de las razones que explican el cambio. Ambos son resistentes, durables y apenas requieren mantenimiento, mientras que la madera exige un cuidado frecuente y regular. Las persianas fabricadas con este material son muy decorativas, protegen del calor en verano y reducen las pérdidas caloríficas en invierno. No obstante, si no reciben ciertos cuidados, las inclemencias y el paso del tiempo dejan huella en ellas. Es necesario un mantenimiento adecuado y conocer cuáles son las especies de madera que resisten mejor las condiciones externas.
Limpieza y mantenimiento
Con el paso del tiempo, las persianas de madera pierden su brillo natural y se deterioran. Para protegerlas es fundamental no descuidar su limpieza. Una vez al mes se debe retirar el polvo y la suciedad acumulada en las lamas con la ayuda de una gamuza húmeda. A continuación, hay que frotar toda la superficie de la persiana con un paño impregnado en aceite de linaza. Siempre que sea posible, conviene decantarse por un producto con propiedades secantes, para que el tiempo de absorción sea menor.
Además de la limpieza mensual, las persianas de madera deben barnizarse, al menos, una vez al año. De esta manera, recuperan el brillo natural y aumentan su impermeabilidad y su resistencia frente a las agresiones del sol, y el frio.
Las persianas se encuentran montadas en una caja que se fija debajo del dintel, en la fachada o encima de la ventana. Se articulan alrededor de un cilindro. Para barnizarlas, es aconsejable soltarlas de este rodillo. Se quitan los clavos que unen ambos elementos, se extrae y se coloca sobre una superficie.
El barniz aumenta la impermeabilidad de la persiana y su resistencia frente a las agresiones externas
El barniz debe aplicarse sobre la madera limpia y sin restos de otros productos, por lo que es necesario decapar y lijar. Una vez que la superficie está lista, se barniza con una brocha o un rodillo empapados en un producto específico para exteriores. Se recomienda aplicar dos capas de barniz y respetar los tiempos de secado que indique el fabricante.
Especies de madera
Cada especie de madera tiene una resistencia y durabilidad natural determinadas frente a las agresiones externas. Por este motivo, antes de decantarse por persianas fabricadas con este material, se debe conocer cuáles son los tipos más resistentes. En general, las maderas de coníferas y las frondosas se comportan mejor en carpintería exterior.
La madera de castaño, de color marrón claro, es muy duradera y resiste los efectos de la humedad y la intemperie. Se emplea a menudo en la fabricación de puertas, ventanas y persianas. La de alerde es otra opción. Esta madera, de tonos más amarillentos, es muy fuerte y compacta, propiedades que la convierten en un material muy utilizado no sólo en la elaboración de persianas, sino en revestimientos exteriores, puertas o vigas.
El pino amarillo, el de Oregón y el cedro rojo son especies con una alta durabilidad natural que, combinada con un mantenimiento frecuente y regular, proporcionan buenos resultados.
El ataque de la carcoma es otro de los riesgos de las persianas de madera. Los síntomas que delatan la aparición de estos insectos son inequívocos: agujeros pequeños rodeados de serrín muy fino. Cuando la madera está barnizada, es más difícil que estos penetren. Si el mantenimiento de una persiana se descuida y el barniz se deteriora hasta desaparecer, es posible que la carcoma ataque.
Entonces hay que decapar la persiana e inyectar en cada orificio roído por el insecto un producto anticarcoma o un insecticida específico. Después, se continúa con la aplicación del barniz.