Las piezas especiales de cerámica son aquellas que no tienen un fin puramente estético o decorativo, sino que desempeñan una función concreta. Se emplean en rodapiés, pasamanos, peldaños de escalera o para cubrir las esquinas, aunque también existen baldosas especiales que evitan que se filtre el agua. Hay casi 40 modelos diferentes, cada uno con un uso específico.
Las piezas más habituales de cerámica son las piezas complementarias o decorativas. En este grupo se engloban las cenefas y aquellos azulejos con dibujos estampados que aportan una nota de color en el alicatado. Sin embargo, existen otras piezas con una finalidad práctica. Son aquellas cuya función depende del lugar en el que se coloquen. Se denominan «piezas especiales» y se utilizan para cubrir rodapiés, cubrecantos, pasamanos o peldaños, entre otros. La Asociación Profesional de alicatadores y soladores (PROALSO) distingue 35 tipos diferentes.
Zócalos y escaleras
Las piezas especiales se emplean, por ejemplo, para alicatar un zócalo. En este caso, se puede recurrir a baldosas con relieve (molduras), terminación semicircular (romo) o cilíndrica (cubrecantos) para proteger las esquinas, aristas biseladas o de corte oblicuo y piezas de la misma longitud que la baldosa, pero más estrechas (listeles).
Para escaleras se utilizan baldosas especiales antideslizantes y con aristas en relieve
Si lo que se quiere alicatar es una escalera, lo mejor son las baldosas especiales antideslizantes (mamperlán o borde) y con aristas en relieve, que coincide con la huella de la escalera. Otras piezas especiales son las que se colocan en el rodapié (zanquín) y en la parte superior de una barandilla (pasamanos).
Baldosas especiales
Además de las anteriores, existen piezas especiales para forrar los poyos o bancos de cocina que se construyen arrimados a la pared. En su origen, estos formatos se empleaban en laboratorios para evitar que los líquidos penetrasen por las esquinas. «Ahora recuperadas en la oferta más cualificada de recubrimientos para cocina», recuerda PROALSO, se pueden adquirir para uso doméstico con reborde para aristas y esquinas, relieve central o, incluso, orificio para instalaciones de fontanería. Otros modelos que se incluyen en este grupo son:
Vierteaguas, para facilitar la evacuación del agua y evitar que se escurra por la fachada.
Mosaico. Baldosa cerámica de pequeño formato, normalmente igual o inferior a 5×5 centímetros.
Trencadís. Fragmentos de baldosas cerámicas, de geometría irregular, que se yuxtaponen. Su efecto es muy llamativo, ya que consiguen recubrimientos cerámicos de colores contrastados.
Inglete. Piezas que, en una de sus aristas, tienen un corte en ángulo de 45º para que al unirse con otra pieza formen un ángulo recto. Son muy adecuadas para las esquinas.
Taco. Baldosa de pequeño formato y, generalmente, color diferente al de las baldosas base.
Olambrilla. Su función es similar a la del taco, pero el formato es igual o inferior a 5×5 centímetros. Puede ser vidriada, decorada o con relieve, aunque, precisa la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos, «normalmente son de gres blanco y decoradas en azul con motivos heráldicos».