Antes de llevar a cabo la tarea de pintar con la brocha una puerta es conveniente pulir y rellenar todos los desperfectos existentes, por mínimos que éstos parezcan. Para ello se puede recurrir al uso de un aparejo específico para madera. En su defecto, el aparejo puede reemplazarse por una combinación de aguaplast y cola de madera. Esta mezcla dará como resultado un producto consistente, el cual podrá aplicarse, con la ayuda de una espátula, sobre la superficie a reparar.
Una vez pulidos los desperfectos, a la hora de pintar es recomendable utilizar una resistente del tipo laca o esmalte. A continuación se puede proceder al pintado de la puerta con la técnica de brochazos cruzados (primero verticales y luego horizontales o viceversa). De esta forma se conseguirá una apariencia notable.