La seguridad de la instalación y manipulación de las bombonas de butano depende de varios factores. Para evitar problemas, es indispensable una correcta manipulación y un óptimo mantenimiento de todos los elementos de la instalación, además del cumplimiento de las revisiones periódicas.
Manipulación correcta de la bombona de butano
El cambio de bombona se debe realizar siempre con la llave del cabezal cerrada, para que el gas despedido a la atmósfera sea mínimo. Esta operación no se debe realizar nunca cerca de fuentes de calor o de fuego, como velas encendidas, cigarros o estufas.
Dado que el gas propano y butano pesan más que el aire, las bombonas, tanto llenas como vacías, deben estar siempre en posición vertical. Bajo ningún concepto se deben volcar hasta tumbarlas con el fin de agotar el consumo del gas.
Si durante el cambio de bombona ocurre un escape de gas, no se debe abrir ni cerrar ningún circuito eléctrico, ya que estos causan descargas capaces de provocar un incendio o explosión. En prevención de un posible escape, es indispensable que el lugar donde esté la instalación de gas tenga una buena ventilación para que el gas pueda salir. Las rejillas de ventilación deben situarse en zonas inferiores, ya que el gas butano es más pesado que el aire, por lo que en caso de fuga desciende.
Para prevenir posibles accidentes, está prohibido almacenar más de dos bombonas de gas butano en casa, salvo que la tercera sea móvil y se sitúe en el interior de una estufa. Esta prohibición está motivada por el gran peligro de explosión que puede generar la acumulación de tal cantidad de gas butano en una vivienda.
Vigilar el buen estado de las gomas
Las gomas de alimentación que llevan el gas desde las bombonas a las cocinas, calentadores y estufas se deben encontrar siempre en perfecto estado porque la fuga de este combustible puede provocar explosiones o intoxicaciones. No en vano, el butano es un gas inflamable que, respirado en ciertas concentraciones, puede causar un efecto asfixiante.
Si se observa que las gomas tienen deformaciones o están desgastadas, ha de procederse a su cambio
Por ello, también se ha de tener muy en cuenta la fecha de caducidad de las gomas, impresa en las mismas, y tener la precaución de cambiarlas una vez caducadas. Además, si mediante observación directa se detectan deformaciones o que están desgastadas, también ha de procederse a su cambio, aunque todavía no hayan caducado.
Antes de realizar el cambio, hay que cerrar la llave de paso del gas. A continuación, se sueltan las abrazaderas con un destornillador, se retira el tubo usado y se engarzan las abrazaderas sobre la nueva goma, que ha de ser del mismo tipo y longitud que la anterior.
Una vez sujeta la pieza, solo hay que aplicar vaselina en el interior de la misma, colocar la nueva goma en la toma de la bombona y fijarla con la ayuda de las abrazaderas.
Revisiones al día
Las revisiones de la instalación de gas butano o propano se realizan cada cinco años. Para ello, se deben solicitar los servicios de un instalador autorizado o de las agencias distribuidoras de la empresa suministradora. Puesto que el pago de esta revisión corresponde al usuario, una vez aceptado el presupuesto correspondiente, este tiene derecho a elegir la empresa que realizará la inspección, por lo que no está obligado a aceptar el servicio de un instalador que no haya solicitado.
El usuario tiene derecho a elegir la empresa que realizará la inspección
En estas revisiones, el técnico autorizado debe sustituir en plazo todos los elementos de la instalación que tengan fecha de caducidad, como las gomas, o que estén deteriorados.
Una vez realizada la revisión, junto con la factura detallada, hay que exigir el «Certificado de Idoneidad», ya que es el único documento que da validez a la inspección de la instalación de gas. También se deben pedir las piezas sustituidas, puesto que en caso de reclamación servirán como prueba.
La inhalación de gas butano provoca somnolencia y posible pérdida de conocimiento. No obstante, estos síntomas no tienen nada que ver con los provocados por la inhalación de monóxido de carbono, la denominada muerte dulce. Este último caso es mucho más peligroso y está provocado por la mala combustión de los aparatos de gas.
En cuanto se perciba el olor a gas, se debe cerrar la válvula de salida
El gas butano no huele, por lo que para su comercialización se le añade una sustancia sulfurosa que, en caso de escape, alerte de la presencia de gas. La concentración debe ser alta para que se detecte mucho antes de que llegue a ser peligroso como para provocar la muerte por asfixia de una persona.
En cuanto se perciba el olor se debe cerrar la válvula de gas, abrir las ventanas y cerrar la puerta de la estancia. A continuación, se ha de alertar a un servicio de emergencia y salir de la vivienda.