Terminada la temporada de baños, toca preparar la piscina para soportar los rigores invernales, de modo que cuando llegue de nuevo el verano esté en óptimas condiciones de uso. Para el cuidado de la piscina durante el invierno hay dos opciones: vaciarla o mantenerla con agua. En este último caso, hay que encargarse de que el agua esté limpia y en buenas condiciones. Además, hay que revisar y limpiar los filtros, el fondo y las paredes del vaso, los skimmer y los demás elementos, como escaleras, trampolín, etc.
Vaciar la piscina
El vaciado de la piscina es imprescindible para limpiar y desinfectar el vaso de la misma en profundidad. Esta opción tiene también la ventaja de poder detectar posibles grietas o roturas. No obstante, supone un gasto y trabajo extra al volver a llenarla cuando llegue de nuevo el buen tiempo.
Esta tarea se puede efectuar por gravedad o mediante la correspondiente bomba. En el primer caso, solo es necesario abrir la llave y el agua desaparecerá por el propio desagüe de la piscina. Mientras el agua desciende, se puede aprovechar para realizar un análisis exhaustivo del revestimiento del vaso de la piscina y arreglar las posibles grietas o desperfectos del mismo. Una vez vacía, se limpia la estructura con un cepillo y un detergente ácido.
Si la piscina está muy sucia, no conviene vaciarla a través del desagüe porque este se podría atascar con las hojas, plumas y demás restos de suciedad. En este caso, la mejor opción es utilizar la bomba de filtro. Solo hay que accionarla en modo «desagüe».
Piscina llena en periodo invernal
Si se opta por dejar la piscina llena durante el invierno, el nivel del agua se debe mantener por debajo de los skimmers. Lo más recomendable es rebajar el agua a dos tercios de su volumen habitual.
La tarea más importante durante el invierno es mantener el agua limpia y en buenas condiciones
Con la piscina llena, la tarea más importante durante el invierno es mantener el agua limpia y en buenas condiciones. Cuando la piscina no se va a utilizar durante un largo periodo, no es necesario añadir al agua la misma cantidad de cloro que en la temporada de baños. No obstante, la depuradora deberá funcionar una media de ocho horas al día.
Además, hay que limpiar la línea de agua, los skimmers y sus cestillos, el fondo y las paredes del vaso, y el filtro. Este último también se debe vaciar y dejar con la tapa abierta durante todo el invierno.
Tras vaciar por completo las tuberías, hay que cerrar las boquillas de impulsión y los skimers. La bomba y las herramientas de mantenimiento se deben guardar en un lugar seco. Por último, se añaden los productos químicos adecuados para bajar el nivel del pH, y evitar de este modo la descomposición del agua, y se desconecta el cuadro eléctrico.
También hay que procurar que la superficie no acumule hojas o suciedad. Para no tener que limpiarla casi a diario, se puede cubrir la piscina con una lona o con algún otro tipo de cubierta fija o móvil. El uso de estos cerramientos reduce también el gasto de productos químicos necesarios para mantener el agua, ya que así está más protegida de las agresiones externas.
Cuando el clima de la zona donde está ubicada la piscina es muy frío y las heladas son frecuentes, la mejor opción es vaciar la piscina para evitar que el agua se congele y provoque fisuras o grietas en la superficie del vaso.
Para amortiguar la presión del hielo se puede colocar un objeto flotante en el agua (mejor si es cilíndrico o redondo), que al mantenerse en movimiento evitará que el agua se congele.