En carpintería, un ensamblaje resistente de las piezas garantiza estabilidad a los muebles. Hay diferentes formas de conseguir esta unión: clavado, atornillado y encolado son las más frecuentes. Para esta última, se puede recurrir a diferentes tipos de cola, según la especie de madera, su ubicación y las características propias de cada material.
Unir dos piezas de madera requiere destreza. Además de ajustarlas correctamente, si se recurre a la cola, hay que utilizar aquella que se adecue a las características del material con el que se trabaja o a su emplazamiento. Los mejores resultados se obtienen cuando se emplean piezas similares, de la misma clase o textura, y se pegan las tablas en el sentido de las vetas.
Antes del encolado, hay que asegurarse de que las superficies que se van a pegar están lisas, sin astillas, secas, limpias y sanas. Si la madera no cumple estos requisitos, será necesario lijarla, esperar a que pierda toda la humedad y acabar con la carcoma u otra plaga que le afecte. Encolar una madera mojada o en malas condiciones puede echar a perder todo el trabajo. Además, si no se elimina el polvo acumulado en la superficie la cola pierde adherencia.
Las principales dificultades tienen que ver con la madera tratada
No obstante, las principales complicaciones tienen que ver con la madera tratada. Para evitar el ataque de hongos e insectos, la madera es sometida a procesos de protección que pueden dificultar la penetración de la cola y mermar la calidad de la adherencia. Las colas alcalinas o ácidas son las que más preocupan, ya que sus componentes químicos pueden alterar las características de la madera. Asimismo, el modo de aplicación o el tiempo de fraguado de la cola varían según la especie de madera y los tratamientos a los que haya sido sometida. Por ello, es necesario seguir las instrucciones del fabricante para prevenir futuros fallos.
Proceso de encolado
Un encolado correcto requiere varios pasos: preparación de la cola, extendido y presión. Durante la preparación, si fuera necesario mezclar varios componentes, hay que conocer las dosis exactas de cada uno. Lo habitual es que las marque el fabricante. Respecto al extendido, se debe aplicar el adhesivo en las dos piezas que se van a pegar y empezar a prensar cuando éste comienza a fraguar, es decir, «cuando pierde movilidad o liquidez», recomienda la Asociación de investigación técnica de la madera (AITIM).
Es conveniente aplicar el adhesivo en las dos piezas que se van a pegar
Hay que aplicar la cola cuando aún tenga liquidez, sin que esté demasiado viscosa, y se deforme fácilmente al presionar ambas piezas. Posteriormente, se puede aplicar calor para asegurar una unión más fuerte. De esta forma, es más segura la penetración del adhesivo en la madera.
Antes de comenzar a trabajar la madera, conviene conocer sus propiedades. Cada especie tiene unas particularidades que la distinguen del resto. Las maderas coníferas, frondosas y tropicales requieren tratamientos diferentes. La Guía de especies de madera elaborada por la Confederación Española de Empresarios de la Madera (Confemadera) atribuye a la mayoría de las especies un encolado fácil, pero hay excepciones:
Coníferas. Mientras el pino, el abeto y el cedro rojo tienen un encolado bueno, el pino laricio presenta problemas cuando existe exceso de resina.
Frondosas. Son de encolado fácil el abedul, arce europeo, fresno, haya, maple y nogal negro, pero puede haber dificultades si se usan colas ácidas para pegar madera de cerezo (americano y europeo) y colas alcalinas para castaño, nogal y roble.
Tropicales. Ni el cedro americano ni el sapelli plantean problemas, aunque sí hay complicaciones con elondo, ipé, jatoba y wengé debido a los taninos, una sustancia astringente que se localiza en la corteza. También la teca tiene dificultades de encolado por su elevado contenido en oleorresinas, sobre todo, si se utilizan colas alcalinas.