El cóleo es una planta muy resistente, lo que la convierte en un ejemplar muy fácil de cuidar, porque apenas se ve afectada por plagas y enfermedades, lo que no quiere decir que sea totalmente invulnerable.
Es una planta variegada. Por tanto, si sus hojas pierden las diferentes tonalidades cromáticas que le caracterizan probablemente será porque no esté recibiendo la suficiente luz. Para solucionar este pequeño inconveniente trasládela a una zona más iluminada, en la que incluso reciba algo de luz directa, siempre y cuando esté protegida al mediodía. Ya que si recibe mucha luz directa sus hojas también perderán su rica variedad cromática.
Si las hojas amarillean y aparecen telarañas por debajo estará siendo atacado por los ácaros. En este caso la mejor solución es aumentar la humedad de la planta y alejarla de fuentes de calor, como la calefacción. Para incrementar la humedad ambiental puede colocar varios ejemplares juntos, para que puedan reaprovechar el agua desprendida durante el proceso de fotosíntesis. Otra opción pasa por colocar el cóleo sobre un platito lleno de agua y con gravilla, poner un bol junto a él o pulverizarlo cada cierto tiempo.
Si al tocar el cóleo aparecen pequeñas moscas de color blanco rocíe con un insecticida y si pierde hojas será por falta de riego, por lo que deberá mantener la planta húmeda, sobre todo en primavera y durante la época de crecimiento. Si quiere que los tallos se mantengan bien erguidos durante el verano será necesario que la riegue cada día.