Un elemento decorativo que genera unos impresionantes efectos en toda pared son las cenefas. Éstas pueden ser de papel o bien con la técnica del estarcido pueden ser confeccionadas como diseño propio y personal. Sin duda, el efecto final merece la pena.
Como primer paso es recomendable elegir la plantilla con el diseño que se desee para realizar la cenefa. También existe la opción de incluir más de una cenefa a alturas diferentes, tanto del mismo diseño como de otro diferente. Para aligerar el trabajo y facilitar que otra persona pueda ayudar en la realización de dicha tarea es aconsejable adquirir más de una plantilla del mismo diseño.
Con el tipo de cenefa elegido, el siguiente paso se centra en estudiar el colorido con el que se va a rellenar el dibujo. Casi todas las plantilla ofrecen la posibilidad de jugar con cierta diversidad cromática, pero es aconsejable valorar cuál es el más indicado teniendo en cuenta la estancia, el ambiente de la habitación y el propio color de fondo de la pared.
Cuando se tenga claro el color es conveniente tener toda la cantidad que se vaya a necesitar al alcance. Si se trata de una mezcla, es más que recomendable que se tenga preparada de una misma vez toda la pintura a emplear, puesto que si se vuelve a preparar la mezcla en otra ocasión, es casi imposible que el tono que se obtenga sea exactamente el mismo.
A continuación es conveniente establecer cuál es la altura y la línea que va a seguir la cenefa. Cualquier salto o ligero desnivel llamaría notablemente la atención, así que es importante establecer la horizontal adecuada que debe seguir la cenefa.
Una vez establecidas las guías se coloca la plantilla bien fijada con cinta de carrocero y se le aplica el color deseado, siguiendo la técnica del estarcido. Dicha técnica consiste básicamente en utilizar un pincel especial, propio para el estarcido, untar ligeramente las cerdas y aplicarla con ligeros golpes secos, nunca con las habituales pinceladas.
Posteriormente se retira la plantilla suavemente, y sin arrastrar para que no se produzcan borrones. Y se repite la operación sucesivamente hasta acabar con toda la pared.
Esta es una sencilla y económica forma de cambiar el ambiente de una estancia sin tener que repintar toda la pared, ni hacer cualquier tarea de decoración extra.