Casi todos tenemos en nuestros hogares alguna lámpara fluorescente, bien sea en la cocina, en el baño o como flexo del despacho. Pero pese a ser muy resistentes, cada cierto tiempo es preciso realizar la sustitución de estas lámparas cuando observemos que comienzan a parpadear.
Para saber si las fluorescentes que tenemos en casa están en perfecto estado es preciso revisarlas. La forma de hacerlo es observándolas durante el proceso de encendido. La clave estará en si alguna de las lámparas parpadea y tarda mucho en encender. En este caso se recomienda su reparación, debido a que mientras está parpadeando, además ser muy molesta para la vista, su consumo es muy alto a la par de estar reduciendo el tiempo de vida útil del propio tubo fluorescente.
En la mayoría de las ocasiones el problema se soluciona con el cambio de la fluorescente, lo cual no excluye que en muy pocas casos el problema persista por el mal estado del cebador o en menor medida la culpa sea de la reactancia.