El agua caliente se produce de dos maneras: mediante acumulación en un calentador o a través de una caldera que eleva la temperatura del agua a medida que se necesita. En el primer caso, es más rápido disponer del suministro, puesto que el agua caliente tan sólo ha de recorrer la distancia que separa el calentador del grifo. En una caldera es necesario que el agua atraviese previamente una red interior en la que se calienta.
Los requisitos cuando se dispone de un depósito de agua caliente con una capacidad superior a 10 litros marcan que éste no puede conectarse directamente a la red de distribución. Si se quiere hacer así, es necesario que la conducción de agua fría cuente, junto a la entrada del depósito, con un grifo de cierre, un dispositivo de retención con su correspondiente purgador de control de estanquidad y una válvula de seguridad. Las calderas de calefacción central o de vapor de agua caliente tampoco se pueden conectar directamente a una red de distribución pública, sino que su alimentación parte de un depósito.
Respecto a los grifos, cuando se trate de modelos mezcladores de agua fría y caliente, como los grifos monomando o termostáticos, han de permitir el paso del agua caliente hacia el conducto del agua fría y al revés.
Diseño
El diseño de la instalación de agua caliente es similar al de agua fría. No obstante, en los recorridos paralelos, las tuberías de agua caliente deben ir siempre por encima de la red de agua fría. Estas tuberías no deben resultar afectadas por los focos de calor y, para ello, tienen que discurrir separadas de las canalizaciones de agua caliente. En concreto, a una distancia de cuatro centímetros como mínimo.
Los equipos de acumulación deben evitar el desarrollo de gérmenes
En relación con la temperatura, se controla desde un dispositivo incorporado en el equipo que produce el agua caliente. Las tuberías y los anclajes de las distribuciones principales deben contar, además, con dilatadores que aguanten los movimientos producidos por el calor. También hay que considerar la instalación de dilatadores en los tramos rectos.
Por último, los equipos de producción de agua caliente con sistemas de acumulación deben evitar el desarrollo de gérmenes en los fluidos y es obligatorio disponer de una red de retorno, cuando la longitud de la tubería que llega hasta el punto de consumo más alejado es igual o superior a 15 metros.
El aislamiento de las redes de tuberías es fundamental para que los fluidos lleguen a su destino con una temperatura muy próxima a la que proporcionan la caldera o el calentador. El dispositivo de regulación permite controlar los grados a los que se calientan los fluidos. Para evitar confusiones, cuando se realiza la instalación de agua, las tuberías de agua fría se señalan con color azul, mientras que las de agua caliente permanecen en rojo.