Reparaciones en el techo sin riesgos

Conviene usar un escabel, con escalones planos, o improvisar un andamio formado por dos escaleras unidas mediante un tablón
Por EROSKI Consumer 20 de junio de 2006
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Por su altura, el techo es una zona de difícil acceso y que entraña ciertos riesgos. Para evitar percances, es fundamental trabajar desde una plataforma segura, como un escabel, o montar un andamio con dos escaleras, o caballetes, unidas mediante un tablón rígido. El éxito del acabado no sólo depende de la correcta preparación de la superficie.

Seguridad en altura

Para los trabajos en el techo, es recomendable utilizar un escabel. A diferencia de las escaleras portátiles clásicas, este elemento tiene escalones planos de gran altura, en lugar de barras que, tras un uso continuado, provocan molestias en los pies. Los escabeles cuentan también en la parte superior con una plataforma plana, de grandes dimensiones, que permite colocar encima la bandeja de pintura y el resto de utensilios. Algunas escaleras simples o de doble tramo con forma de tijera carecen de ésta.

Si a pesar de todo se utiliza una escalera portátil, conviene tomar varias precauciones. Antes de utilizarla, es preciso revisar en busca de posibles defectos. El ascenso y descenso se debe realizar con las manos libres, sin portar utensilios ni pesos. Mientras se use, hay que evitar inclinarse o estirarse demasiado. Tampoco son recomendables los movimientos bruscos, ya que pueden desestabilizar la estructura.

La cabeza debe quedar, al menos, a unos 15 cm de la cubierta

Una alternativa consiste en improvisar un montaje con dos o tres caballetes sobre los que se coloca una tabla. Hay que asegurarse de que ésta sea rígida y sólida para aguantar el peso de una persona. Para elaborar un andamio básico, es posible sustituir los caballetes por escaleras de doble tramo unidas por un tablón. De esta manera, se crea una estructura tipo puente, cuya utilidad es similar a la de un escabel.

Para trabajar de forma cómoda y sin adoptar posturas poco ergonómicas, es apropiado que la cabeza quede, al menos, a unos 15 cm del techo. Esta distancia es suficiente para no sufrir lesiones mientras se realizan los trabajos.

Orden en el trabajo

A menudo, además de arreglar el techo, se reforman las paredes y el resto de elementos de la estancia. Cuando esto ocurre, es necesario respetar cierto orden. Lo más conveniente es empezar por el propio techo.

Cualquier obra de renovación o restauración debe empezar por el techo

En este primer paso, se prepara el soporte, se colocan elementos como las molduras, cornisas y rosetones y, por último, se trabaja el revestimiento, ya sea pintura, laca o placas de yeso.

A continuación, se debe seguir con las tareas de renovación o restauración, según el caso, de puertas, ventanas y zócalos. Luego se retocan las paredes y, por último, el suelo de la habitación.

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