Los enchufes pueden deteriorarse debido a un problema en el circuito eléctrico o por un uso indebido por parte de las personas que lo manipulan. Muchos aparatos cuentan con una clavija con una cobertura de plástico que no se desmonta, lo cual hace necesario reemplazarla por una nueva. Este artículo detalla los posibles problemas en el enchufe, cómo repararlo y consejos para prevenir que se deteriore.
Problemas en el enchufe
Los enchufes de los aparatos eléctricos en muchos casos se deterioran, a veces por algún problema en el circuito (un golpe de tensión puede quemar los cables), otras por el uso indebido por parte de las personas que lo manipulan y, en ocasiones también, a causa de una utilización muy frecuente. Cuando se detectan fallos, se hace necesario reparar el enchufe. Y no solo cuando el aparato deje de funcionar, ya que puede que haga «falso contacto» y funcione cuando el cable está en ciertas posiciones y no cuando está en otras.
Hace falta reparar los enchufes no solo cuando el aparato deja de funcionar, sino también cuando hace «falso contacto»
Una aclaración: al hablar de circuitos eléctricos, el término «enchufe» designa al conjunto de las dos partes que componen la conexión. Pero en este caso, para simplificar, se llamará así a la clavija o enchufe macho, mientras que para la otra parte se reserva el nombre de «toma de corriente«.
Para reparar el enchufe, entonces, lo que se debe hacer es desmontarlo, con el fin de revisar su parte interna, detectar el error y corregirlo. Sin embargo, los aparatos eléctricos cada vez con mayor frecuencia incluyen enchufes imposibles de desmontar. Esto los hace más seguros, debido a su completo recubrimiento de material aislante (plástico, en general), pero a su vez provoca que muchas veces parezca que, ante un problema con el enchufe, no existiera otra solución que comprar un aparato nuevo.
Pero no es así. Es posible sustituir ese enchufe por otro, que se puede adquirir en cualquier ferretería. Este último será desmontable y, si bien en teoría será un poco menos seguro que el original, no implicará mayores riesgos y permitirá seguir utilizando un equipo que no haya sufrido problemas más que en su clavija de conexión a la red.
Cómo reparar el enchufe
Ya sea que se haya desmontado el enchufe original o se haya comprado uno nuevo, lo importante será tener el cable suelto para poder realizar la nueva conexión. Hay que quitar el material aislante del cable para que unos 3 o 4 centímetros de los tres hilos que van por dentro del cordón queden a la vista. Esos hilos están, a su vez, recubiertos por otros aislantes, que son de colores normalizados para facilitar la tarea de identificarlos: el hilo o cable de fase es negro, marrón o gris y el neutro es de color azul, mientras que el cable de tierra es verde y amarillo.
Los colores normalizados de los aislantes de los hilos internos del cable permiten saber cómo conectarlos al enchufe
Al colocar los cables en el nuevo enchufe, se deben enrollar en torno a las patas y el tornillo correspondientes y ajustar para tener la seguridad de que no se aflojarán con el uso. Aquí es importante tener en cuenta que los hilos de fase y neutro deben estar conectados con las patas del enchufe, sin importar cuál va a cada lado. Lo que sí es clave es que el de tierra se conecte con el tornillo que aparece en la parte central del enchufe.
Aseguradas estas conexiones, bastará con montar el enchufe para poder utilizar el aparato de nuevo.
Los enchufes pueden dañarse por causas externas (subidas de tensión, uso prolongado a lo largo del tiempo, etc.) pero también a causa de malos hábitos. A continuación se enumeran una serie de consejos para prevenir inconvenientes relacionados con esta cuestión.
Nunca tirar del cable para desenchufar un aparato. Hay que tomar el enchufe y ejercer fuerza sobre él para retirarlo.
En caso de que se necesiten varias tomas de corriente, lo recomendable es emplear regletas con interruptores propios y no usar ladrones que podrían ocasionar una sobrecarga y quemar el enchufe. Además, hay que considerar que cada toma de corriente tolera una cierta potencia. También se producirá una sobrecarga si la exigencia a la que se somete supera su capacidad.
Si no se tiene intención de encender un aparato durante un tiempo prolongado, conviene que permanezca desenchufado.
Evitar que los cables queden demasiado tensos al enchufar el aparato, ya que la presión ejercida deteriora poco a poco el estado de la clavija y la toma de corriente. Además, hay que tener cuidado de que los cables no queden suspendidos sobre el suelo o en otras posiciones o lugares donde pudiera ocasionar que alguien se enganchara con ellos sin darse cuenta al pasar por allí. Esto puede tener como consecuencia la rotura del enchufe o incluso la caída del aparato.
Por ligero que sea, nunca dejar que el aparato penda del cable que está conectado a la red eléctrica.
Colocar las fuentes de calor lejos de los enchufes, ya que si está cerca de estufas o radiadores el plástico puede deformarse y arruinar el enchufe. Existe incluso el riesgo de consecuencias más graves, como descargas eléctricas o incendios.