Con el paso del tiempo es frecuente que en las paredes pintadas del hogar aparezcan manchas, rozones u otros pequeños defectos. Para evitar tener que pintar la casa con mucha frecuencia, se pueden llevar a cabo pequeños retoques que disimulen esos defectos, además de mantener las paredes limpias. Con esta finalidad es recomendable aplicar esta serie de consejos prácticos:
El primer consejo consiste en emplear pintura del mismo color, e incluso si es de la misma marca que la pintura original mejor que mejor. Por este motivo nunca está de más guardar o apuntar la marca y referencia de color. Es conveniente aplicar la pintura muy diluida, y si es necesario dar varias capas. No conviene pintar exclusivamente la zona manchada, sino también abarcar las zonas adyacentes, disminuyendo la intensidad o la carga de pintura a medida que nos alejamos de la mancha. Y, por último, repasar las zonas de mayor roce, bordes de interruptores, camas, sillas, estanterías, etc.
El resultado puede ser francamente bueno, pero su aplicación no será indefinida, puesto que las paredes recogen suciedad y pierden color con el paso del tiempo. Tal circunstancia implica que sea inevitable la tarea de pintar toda la casa cada cierto tiempo.
Eliminar la humedad
Antes de proceder a pintar una pared es necesario que la humedad desaparezca para que la pintura agarre correctamente. Si se observa que la pared tiene humedad será aconsejable localizar el foco y arreglar la avería. Puede haber distintos tipos de averías, y cada una tendrá distinta solución.
Un buen sistema para combatir la humedad son los deshumidificadores, unos aparatos que se instalan en el interior de la estancia y extraen toda la humedad existente en las paredes.
Eliminada la humedad se preparará la pared para ser pintada. Es conveniente retirar todos los residuos de pintura vieja con una espátula y se aplicará una capa de pintura antihumedad sobre las manchas que queden en la pared. Cuando desaparezcan estas manchas, se procederá a pintar la pared de forma normal.
Por otro lado, si en las paredes de la vivienda han aparecido manchas marrones, las causas pueden ser muchas. Pero este tipo de sombras también puede ser un síntoma inequívoco de la presencia de humedad en la casa. En este caso, resulta altamente recomendable llamar a un profesional para resolver lo más pronto posible el grave problema que puede llegar a producirse.
Este tipo de manchas también suelen ser muy comunes en las segundas residencias, por el mero hecho de que acostumbran a estar cerradas y sin una adecuada ventilación durante gran parte del año. El óxido o la nicotina procedente de la combustión de los cigarrillos también puede favorecer o acelerar la aparición de manchas marrones en las paredes, manchas que suelen convertirse en un grave problema porque son muy persistentes y vuelven a aparecer por muchas capas de pintura que se apliquen sobre ellas.
Para evitar su reaparición, el método más recomendable consiste en aplicar, desde un principio, una pintura antimanchas, siempre que se haya descartado que estén producidas por la humedad, ya que, tal y como se ha apuntado, si así fuera, se deberá investigar la procedencia de la infiltración y solventar el problema antes de ponerse a retirar las manchas de la pared.
Fijación de la pintura
En paredes de yeso, el problema de la humedad se presenta como un obstáculo serio para que la pintura quede bien fijada. Para solucionarlo es conveniente rascar la pared con una espátula en todas aquellas zonas donde la pintura esté más deteriorada por la humedad. Después se pasará una escoba por la superficie para quitar el polvo resultante.
A continuación se aplicará un producto llamado emulsión fijadora o fijador, que servirá para fijar la pintura vieja, ya que penetra dentro de la pared y consigue adherir la pintura a esta superficie. Se recomienda prestar atención en si la mezcla queda muy líquida, ya que entonces habrá que aplicarla con cuidado. Una vez hayan pasado 24 horas, se masillarán las partes desconchadas, se lijará un poco y se pintará la pared.
Procedimiento para retirar la pintura
La fórmula más sencilla para eliminar la pintura de la pared reside en recurrir a un producto químico específico para esta tarea, compuesto por cloruro de metileno o sosa, el cual se puede encontrar en cualquier tienda especializada. El procedimiento a seguir consiste en aplicar el producto químico sobre la superficie pintada, siempre en capas espesas, y dejarlo actuar durante un intervalo de tiempo de tiempo de 15 a 30 minutos. Transcurrido este período se rascará la pintura con una espátula o un rascador. Por último se aclarará con agua limpia.
Hay que tomar precauciones y tener cuidado con este tipo de productos, ya que pueden resultar nocivos, al liberar vapores que pueden dañar a la salud. Por ello es aconsejable que se trabaje con guantes y con las ventanas de la habitación abiertas de par en par, existiendo, en todo momento, una buena ventilación.